(Reuters).- Un estudio confidencial del Fondo Monetario Internacional (FMI) mostró que Grecia necesitará un alivio de deuda más profundo de lo que sus socios de la zona euro han estado dispuestos a considerar, en una jornada en la que Alemania aumentó la presión sobre Atenas para que recupere la confianza de sus socios.
El FMI sostiene que la ayuda que Atenas necesita es mayor a la esperada debido al deterioro de su economía y los bancos del país de las últimas dos semanas, según el estudio al que Reuters tuvo acceso.
Los países europeos tendrían que entregar a Grecia un período de gracia de 30 años para el cumplimiento de toda su deuda europea, incluyendo créditos nuevos y una extensión de los vencimientos muy drástica, o realizar transferencias fiscales anuales al presupuesto griego, o aceptar “profundas quitas” en sus préstamos a Atenas, según el reporte.
El análisis del FMI se filtró mientras el primer ministro de Grecia, Alexis Tsipras, luchaba el martes para persuadir a los legisladores del gobernante partido Syriza de respaldar un plan de austeridad para conseguir un nuevo rescate.
El análisis del FMI seguramente ahondará el feroz debate en Alemania respecto a si darle más dinero a Atenas, mientras que será tomado por muchos en Grecia como una reivindicación del pedido para que se produzca una quita de deuda. Un diario griego lo calificó como un cachetazo en el rostro para Berlín.
El ministro de Finanzas alemán, Wolfgang Schaeuble, dejó en claro el martes en Bruselas que algunos miembros del Gobierno teutón creen que tendría sentido que Grecia deje la zona euro temporalmente y no iniciar un nuevo proceso de rescate.
En tanto, el ministro de Finanzas griego dijo que envió al Parlamento la legislación requerida por el acuerdo que Tsipras alcanzó con la zona euro para que sea votada el miércoles.
Asumiendo que los legisladores griegos apoyarán las severas reformas para cumplir con los términos y lograr que el país acceda a un tercer rescate, el Parlamento alemán tendrá una sesión especial el viernes para debatir si autoriza al Gobierno a iniciar negociaciones para un nuevo préstamo.
“El dramático deterioro en la sostenibilidad de la deuda apunta a la necesidad de un alivio en una escala que tendría que ir mucho más allá de lo que ha estado en consideración a la fecha y a lo que ha sido propuesto por el MEDE”, dijo en su informe el FMI, respecto al fondo de rescate del Mecanismo Europeo de Estabilidad.
Una fuente de la Unión Europea dijo que los ministros de Finanzas estaban al tanto de las cifras del FMI cuando acordaron el lunes un mapa de ruta para un tercer rescate.
La directora gerente del FMI, Christine Lagarde, estaba presente pero el organismo no hizo público el estudio, en contraste con uno previo dado a conocer el 2 de julio en Washington.
Votación definitoria
Tras haber evitado un colapso financiero con un nuevo acuerdo, Tsipras tiene menos de 48 horas para aplacar la oposición de izquierdistas de línea dura y aprobar medidas más severas que las rechazadas en un referendo hace unos días.
Syriza y su aliado de la coalición sostuvieron reuniones para prepararse para los debates en el Parlamento sobre las leyes, que incluyen planes de alzas de impuestos, reformas a las pensiones y una mayor supervisión de las finanzas del Gobierno.
Un funcionario griego descartó la posibilidad de que Tsipras vaya a renunciar y agregó que el primer ministro probablemente llevaría adelante una purga en su gabinete tras la votación del Parlamento.
Se trata de un giro espectacular para Syriza, que llegó al poder en enero con la promesa de poner fin a años de recortes fiscales y a la recesión en un país donde un cuarto de la fuerza laboral se encuentra desempleada.
Tras comparar el desafío que enfrenta el Gobierno con el nudo gordiano que según la mitología era imposible de desatar, el ministro del Interior Nikos Voutsis dijo que de todas formas confía en que Tsipras podrá obtener los votos suficientes en el Parlamento.
“Se van a tomar las decisiones que facilitarán el regreso a la normalidad”, dijo Voutsis a periodistas.
El partido más pequeño de la coalición prometió apoyar al Gobierno, aunque dijo que votaría sólo por los términos del rescate acordados antes de la cumbre del fin de semana pasado en Bruselas, que son menos severos.
“Nos hemos comprometido a votar por lo que hemos decidido en el consejo de líderes políticos, y sólo eso, no se nos impondrán otras medidas”, dijo a periodistas Panos Kammenos, jefe del partido Griegos Independientes, de tendencia derechista.
Kammenos y un portavoz parlamentario de Syriza se manifestaron contra lo que describieron como un “golpe de Estado” de los acreedores para forzar a Grecia a aplicar dolorosas reformas, mientras que opositores a las nuevas medidas planeaban protestas para los próximos días.
Otro obstáculo podría ser la presidenta del Parlamento, Zoe Constantopoulou, una figura clave para la logística de la votación y una de las críticas más feroces ante los acreedores.
Tsipras podría arriesgarse a sacarla de su puesto a través de una moción de censura, aunque esta estrategia le supondría perder un tiempo valioso y capital político para preparar otros proyectos de reformas.