El Fondo Monetaria Internacional (FMI) culminó su misión de consulta al Perú y concluyó que el país tendrá un crecimiento de “cerca de 4%” el 2015, con lo que continúa siendo una de las economías con mejor desempeño en América Latina.
“En el escenario base de la misión, se prevé que el crecimiento del PBI real en 2015 sea cerca de 4%, anclado por la reversión de los choques de oferta del año pasado y el estímulo brindado por las políticas económicas”, señaló el FMI.
Con este resultado, la entidad internacional espera que el crecimiento peruano aumente en el 2016 y 2017 y que la brecha del producto se cierre para 2018, suponiendo que entren en operación nuevas minas, se implementen grandes proyectos de infraestructura y desaparezcan los choques a los términos de intercambio.
En el caso de la inflación se prevé que converja hacia el punto medio del rango meta (entre 1% y 3%) para fines de 2015, y que el déficit en cuenta corriente disminuya gradualmente a medida que las exportaciones mineras ganen terreno.
Riesgos para la economía
Según el FMI, se vislumbran riesgos importantes en el horizonte, pero sus cuantiosos amortiguadores económicos ubican a Perú en una posición favorable para responder a choques futuros.
En el contexto externo se espera que continúe presentando riesgos a la baja, asociados a posibles menores términos de intercambio, una desaceleración del crecimiento en China o turbulencias inesperadas en los mercados financieros mundiales.
Pero también existen riesgos internos. La previsión de crecimiento podría verse afectada a la baja de darse un crecimiento más débil de la inversión y por la incertidumbre a raíz del próximo ciclo electoral.
“Esfuerzos para permitir un traspaso más completo de los menores precios mundiales del petróleo y los alimentos a los precios internos también ayudarían a respaldar la economía”, recomendó.
Esfuerzos a realizar
Para el FMI, una prioridad inmediata consiste en reforzar la ejecución de la inversión pública, dada su mayor efectividad para estimular el crecimiento tanto a corto como largo plazo.
Explicó que será importante incorporar las asociaciones público-privadas en la planificación presupuestaria a mediano y largo plazo y en el análisis de la sostenibilidad de la deuda a fin de asegurar que los compromisos continúen siendo manejables, con una declaración transparente de pasivos contingentes y riesgos.
Con respecto a las iniciativas de obras públicas por impuestos, si bien pueden ofrecer una solución pragmática en la coyuntura actual para satisfacer las necesidades de infraestructura a nivel subnacional, deben ser supervisadas rigurosamente y cumplir con estrictas normas en cuanto a transparencia.
“Deben evitarse los aumentos del gasto corriente no prioritario, dada la necesidad de financiar reformas estructurales, llevar a cabo la reforma del servicio civil, incrementar las asignaciones destinadas a inversión en capital físico y humano, y proteger los programas sociales focalizados”, afirmó.