WASHINGTON, (Reuters).- Una persistente debilidad en las economías de los países en desarrollo llevará a que el crecimiento global se desacelere este año y apenas avanzará a un ritmo algo mayor en el 2016, dijo el miércoles la jefa del Fondo Monetario Internacional.
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En un discurso previo a un informe sobre el crecimiento mundial que se presentará el próximo mes, la directora gerente del FMI, Christine Lagarde, se abstuvo de dar estimaciones específicas.
Pero sus comentarios parecían ser más pesimistas que las previsiones que hizo el organismo en julio, justo antes de que los mercados financieros mundiales fueron arrastrados a una ola de turbulencia desatada por preocupaciones por la economía de China.
Christine Lagarde dijo que el gigante asiático necesitaba seguir intentando reequilibrar su economía alejándose de la inversión intensa en materias primas, pero que también las autoridades chinas deben ser cuidadosas para resguardar “la estabilidad financiera y la demanda”.
En una evaluación de la economía mundial, Lagarde dijo que el crecimiento estaba recuperándose en la zona euro y Japón, y que aún se veía robusto en Estados Unidos y Gran Bretaña.
“Las noticias no tan buenas son que las economías emergentes podrían experimentar su quinto año consecutivo de tasas de crecimiento declinantes”, sostuvo Lagarde, advirtiendo que esos países podrían ser golpeados por un periodo prolongado de bajos precios de las materias primas.
“El crecimiento global probablemente será más débil este año que el anterior, con apenas una modesta aceleración esperada para el 2016”, afirmó.
En julio, el FMI estimó una desaceleración marginal en el crecimiento mundial este año a un 3.3% desde el 3.4% del 2014, con una recuperación de un 3.8% en el 2016.
Al advertir sobre los bajos precios de las materias primas, Lagarde instó a los mercados emergentes a diversificar sus economías y dijo que algunos podrían estar mal preparados para soportar la tormenta financiera que estallará cuando la Reserva Federal de Estados Unidos suba las tasas de interés.
“Nos preocupa la capacidad que algunos países puedan tener para mitigar los golpes”, dijo.