¿Por qué no aplicar una reducción al IGV? El ministro Alonso Segura explicó que, a pesar de las fortalezas fiscales, el país no está preparado para afrontar una pérdida del orden de los S/. 9,000 millones, consecuencia directa de una reducción del Impuesto General a las Ventas.
El titular del Ministerio de Economía y Finanzas dijo que hay que ser “cautos” en el “gran paso de introducir una reforma tributaria” que tiene un costo fiscal. La pérdida en recaudación podría ser mayor de lo que se puede afrontar.
“¿Qué significa bajar cada punto del IGV? Bajar tres puntos equivalen a más de S/. 9,000 millones en pérdida de recaudación por sobre lo que ya estamos sacrificando (S/. 4,500 millones). Igual, dan un impulso a la economía acompañado de las medidas de gasto”, indicó.
“¿Está en capacidad el fisco de afrontar una pérdida de recaudación en el corto plazo como la que hemos propuesto? Sí. ¿Está en capacidad de afrontar una pérdida de recaudación adicional de S/. 6,000, S/. 9,000 millones por bajada de IGV? No porque es una pérdida demasiado abrupta”, manifestó.
El ministro Segura reiteró que los impuestos que pagan los peruanos son uno de los más altos, en comparación con promedios regionales. Afirmó también que la tendencia en América Latina es a la baja en el Impuesto a la Renta (IR) y no en el IGV.
“Los mayores desvíos estaban en el IR que en el IGV (…) ¿Dónde existe mayor distorsión y (el respectivo) sustento técnico para efectuar un cambio de tasa? Lo recomendable técnicamente es la reducción gradual de tasas de IR a personas y empresas”, indicó.
Segura Vasi también sostuvo que la última reducción del impuesto a las ventas, en febrero del 2011, no impactó de forma significativa en la economía. Así, una baja pequeña en el IGV “no va a generar los efectos que se cree”.
Más que una reducción en la tasa, los cambios han apuntado a la forma de pago del IGV: detracciones, percepciones y retenciones.
En un momento de su presentación, el ministro dijo que su cartera tiene clara la “receta” para la reactivación económica: el impacto más inmediato (y su primera respuesta en política económica) es el gasto.