RIPE
Red Iberoamericana de Prensa Económica
El Financiero de Chile
Las perspectivas de una conclusión para fin de año sobre las negociaciones del Acuerdo Estratégico Transpacífico de Cooperación Económica (TPP, su sigla en inglés) se ven cada vez más oscuras. La fecha límite de fines de 2013, autoimpuesta por los negociadores de la TPP para completar el acuerdo, está en peligro.
Un obstáculo clave es la necesidad para el gobierno de Estados Unidos de asegurar la Autoridad de Promoción Comercial (TPA, su sigla en inglés), o fast-track, el que permitiría que la legislación comercial sea aprobada por vía rápida por el Congreso. Sin embargo, el presidente Barack Obama está luchando para ganar respaldo político para la TPA. Sin ella, las conversaciones del TPP –ya en su vigésima ronda- tendrán poco progreso.
Los negociadores se reunieron en Salt Lake City a fines de noviembre para la vigésima ronda de conversaciones del TPP, pero iban con desalentadores antecedentes. Sólo siete días antes, las proyecciones para Obama de asegurar la TPA se habían complicado ya que dos grupos separados de Republicanos y Demócratas en la Casa de los Representantes mandaron cartas al presidente expresando su oposición a la TPA. Además, mientras los negociadores del TPP se han esforzado en subrayar cuántos capítulos del acuerdo final ya han sido “cerrados”, una serie de sesiones especiales han tenido que ser convenidas para manejar esos asuntos que están lejos de decidirse.
Acuerdo de cooperación
El TPP es liderado por EE.UU. y tiene doce miembros regionales incluyendo países en ambos lados del Pacífico, como Australia, Singapur, Malasia, Brunei, Nueva Zelanda, México, Chile, Canadá y Perú. Más allá de la meta clara de liberalizar aún más el comercio en la región, EE.UU. y los otros miembros están usando el acuerdo para otros objetivos. EE.UU. quiere difundir sus reglas y regulaciones, mientras que algunos países asiáticos ven el TPP como una manera de consolidar aún más las relaciones de EE.UU. con Asia para que siga equilibrándose ante la presencia cada vez más firme de China. Otros, como Vietnam y Japón, quieren usar el acuerdo para sacar adelante complicadas reformas locales, bajo el disfraz de la presión externa.
Sin TPA, ¿no hay TPP?
A la fecha, la administración de Obama ha conducido su política comercial como si el avance de la TPA no estuviera asegurado, un mero tecnicismo, en el mejor de los casos. Ya que ni el TPP, ni el más reciente Acuerdo Transatlántico sobre Comercio e Inversión (TTIP), podrían haber progresado de otra manera, y considerando los problemas internacionales y locales más inmediatos que ha tenido que enfrentar Obama, la estrategia de alguna manera es entendible.
Los críticos de Obama dicen lo contrario, con el argumento de que, una vez más, una noble retórica enmascara una falta de voluntad para hacer los compromisos que requieren una mayor liberalización del comercio. ¿Qué significaría para el TPP si Obama no gana una TPA? El peor escenario sería que las negociaciones finalmente se derrumben. La teoría detrás de la TPA es que le proporciona a los socios negociadores de EE.UU. garantías de que el acuerdo que firman con el país no estará sujeto a los caprichos de los innumerables intereses, grandes y pequeños, que el Congreso de EE.UU. representa.
Sin TPA, no hay incentivo para que estos socios de comercio exterior hagan concesiones significativas, y sin concesiones significativas -el “dar y recibir” que cualquier negociación comercial requiere- no puede finalmente, ser cualquier acuerdo.
De esta manera, el continuar las negociaciones del TPP se convierte en un esfuerzo inútil para los otros once países participantes.
Probabilidades
El escenario más probable es que las negociaciones se prolonguen, sin desmoronarse, por el tiempo que el presidente de EE.UU. necesite para ganar la TPA, lo que podría demorar. El inicio de la campaña para las elecciones legislativas de 2014 se está acercando y el comercio es rara vez un ganador del voto. Una vez que las elecciones de mitad de período 2014 se acaben, la próxima elección presidencial se vuelve más cercana.
Al ser un presidente en su segundo mandato, Obama podría, durante este período, apostar fuerte para conseguir la TPA a expensas de otros temas y con propósito de legado, pero para ese entonces puede carecer del capital político para hacerlo, y mucho menos obtener un polémico proyecto de ley TPA a través de un Congreso híper-parcial.
La siguiente ronda de negociaciones después de la de Salt Lake City es el sábado 7 de diciembre en Singapur. Será una ronda ministerial, lo que implica que los ministros de Comercio de todos los países estarán atentos a la contingencia usual de los negociadores y burócratas.
La EIU mantiene su visión de que hay pocas posibilidades de que el acuerdo se complete a fin de año. La ronda siguiente debe ser programada entre navidad y finales de enero. No esperamos un acuerdo final ahí, pero probablemente Obama presionará para un acuerdo en su viaje a Asia en abril de 2014.