Para el internacionalista Farid Kahhatt, la dependencia petrolera de Venezuela continuará inalterable durante las décadas venideras, con o sin chavismo.
A pesar de que la economía internacional crece a tasas modestas en un contexto de recesión, el nivel de la cotización del petróleo ha permanecido alto. “Si se mantiene esos niveles actuales, Venezuela aún tendría márgenes para incrementar sus exportaciones de crudo”.
De cada US$ 100 que exporta en total el país, US$ 90 provienen de la venta del oro negro. Con ello PDVSA financia gigantescos programas sociales.
Precisamente, de acuerdo a Kahhatt, Nicolás Maduro deberá evaluar cómo mantener ese tipo de programas, sin perjudicar la estrecha capacidad de inversión de Petróleos de Venezuela, cuando no está en condiciones de aumentar la producción.
De ese modo, a la actual administración le podría convenir –refirió el analista- atraer inversiones extranjeras para impulsar actividades de explotación, con la finalidad de incrementar la producción de crudo.
Si el Gobierno de Maduro cambia algunas reglas de juego con miras a captar inversiones de afuera, y el precio del oro negro se mantiene, la economía venezolana podría aliviarse en un par de años, puntualizó el especialista de Centrum Católica.
Subsidio petrolero
En palabras del internacionalista, la relación con Cuba probablemente sea la última en romperse en materia de subsidio petrolero, pero -tarde o temprano- ese será un factor a tener en consideración, si la economía venezolana no mejora. Una fuente obvia de recursos es dejar de subsidiar a gente que no vota en el país en cuestión.