Edwin Bardales Saucedo
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Recientemente la FAO anunció los resultados de su informe “El Estado de la Inseguridad Alimentaria en el Mundo 2014”, en el que se informó que el Perú logró reducir en aproximadamente cuatro millones el número de personas que padecen hambre en el país.
Sin embargo, aún existen 2.7 millones de peruanos que padecen este problema, el cual se mide por la cantidad de calorías consumidas por las personas, ¿Qué se puede hacer por ellos?, fue una de las preguntas para John F. Preissing, representante de la FAO en Perú.
“Cuando una persona tenga suficiente alimentación para una vida saludable y activa social, económica y hasta culturalmente, hay una suficiente cantidad de calorías que una persona recibe para una vida activa y esa es una alimentación aceptable y cuando no hay eso pues tenemos desnutrición”, dijo a Gestion.pe.
El representante de la FAO explicó que las cuatro millones de personas en el Perú que dejaron de padecer hambre en las dos últimas décadas se debe a cuatro factores.
El primer factor es la disponibilidad de productos alimenticios que implica el aumento en dicha producción, así como la mayor capacidad de importar otros alimentos complementarios a los que hay en el Perú.
“También está el acceso, es decir que la población tiene suficientes recursos para poder acceder a los alimentos y eso podemos verlo en las cifras que han bajado de la pobreza rural y a nivel de país, el progreso económico que ha habido, eso le ha dado a la gente mayor acceso a los alimentos”, refirió.
En tercer lugar está la utilización de los alimentos y que ello se refleja en la reducción de la tasa de desnutrición crónica infantil al igual que en los adultos en general.
Mientras que el cuarto favor ha sido la estabilidad de precios de los alimentos, los cuales han estado “estables” en los últimos años, salvo los shocks registrados en los años 2008, que fue grave, y en el 2011 aunque algo menor.
“Con estos cuatro dimensiones, y el Perú es un buen caso, hemos visto una mejora en la alimentación”, aseveró.
Preissing manifestó que el Perú no debe contentarse con las cifras obtenidas hasta el momento en la lucha contra el hambre y debe seguir avanzando.
“Pero teniendo 2.7 millones de personas con hambre nadie puede estar contento. Los primeros logros son los más fáciles pero cuando vamos llegando a la pobreza más dura o la subalimentación más dura siempre va a implicar más inversión para llegar a esas personas”, dijo.
Agregó que para la FAO hay una clásica “doble vía” para reducir el hambre en el Perú, la primera es que “los programas productivos deben funcionar, eso quiere decir que habrá más producción en el campo y eso se puede lograr con programas de asistencia técnica, programas de créditos, inversiones en infraestructura productiva”
“Con este conjunto de programas de apoyo a nivel productivo puede haber más producción y, por ende, más consumo y más ingreso para la población.
Mientras que la otra vía, que es igual de importante, son los programas de protección social tales como Juntos, Qali Warma, Tambos Comunales, entre otros, que están llegando a los puntos más alejados del país”, enfatizó.
“Esta red de protección social, que debe contar con el apoyo de la sociedad civil, están asegurando que los bolsones (de pobreza) más difíciles para llegar sí pueden tener una protección social”, anotó.
En ese sentido, enfatizó que esta “doble vía” de más producción y desarrollo junto a los programas de inclusión social, que alcancen a la población más vulnerable, puede ayudar a reducir esta cifra de 2.7 millones de personas que padecen hambre a “cero”.