(Bloomberg) Nick Jefferies no encuentra suficientes ingenieros. El máximo responsable ejecutivo de Acal Plc pasó “meses buscando, meses, meses y meses”, para cubrir 40 puestos que necesitaba con urgencia para seguir transformando a la ex firma británica de logística en un proveedor de diseño avanzado para empresas aeroespaciales, de defensa y de energía.
Esa tarea se vio dificultada por leyes inmigratorias del Reino Unido cada vez más restrictivas que hacen demasiado complejo y costoso contratar personas de fuera de Europa, explicó.
Jefferies, de 50 años, finalmente cubrió las vacantes contratando personal de otras firmas de ingeniería británicas en lugar de traer postulantes de lugares como Australia y Canadá.
Encontrar empleados es tan difícil que afecta las utilidades, haciendo del Reino Unido “la única área decepcionante” en un panorama de crecimiento de su empresa por lo demás promisorio, señaló.
Las quejas de Jefferies, que son las mismas de los grupos industriales, muestran el efecto del sentimiento contrario a la inmigración en el Reino Unido en el mundo real, lo que ha contribuido a llevar al país al borde de un referéndum para decidir la permanencia o salida de la Unión Europea.
David Cameron, primer ministro del Partido Conservador, está tratando de reducir la inmigración –la principal preocupación de los votantes en las encuestas de opinión, fomentada además por una estentórea cobertura de los medios sensacionalistas– de todas las formas posibles.
Su gobierno está muy lejos de cumplir la promesa que hizo en la campaña electoral del 2010 de reducir la “inmigración neta”, o sea las personas que llegan menos las que parten, a menos de 100 mil. En los 12 meses que terminaron en junio, la cifra alcanzó un récord de 381 mil.
Como estado de la Unión Europea, el Reino Unido no puede restringir la entrada de personas de uno de los otros 27 países del bloque salvo el miembro más nuevo, Croacia.
En su intento de renegociar la pertenencia del Reino Unido a la Unión Europea, Cameron trató sin éxito de obtener las herramientas legales para hacerlo.
El primer ministro pretende cerrar un acuerdo en Bruselas esta semana, después de lo cual se pedirá a los votantes británicos que decidan en un referéndum que tendrá lugar en junio si quieren permanecer en la Unión Europea.
Esto significa que, en el futuro inmediato, la única forma de reducir el número de inmigrantes es tomar medidas más enérgicas respecto de los inmigrantes no provenientes de la Unión Europea, incluidos los de importantes socios comerciales como Estados Unidos y China y los ciudadanos de los países del Commonwealth, que solían gozar de una condición favorable en el Reino Unido.
Algunos dirigentes de empresas están particularmente preocupados por el impacto de las normas en momentos en que la economía británica crece, aumentando la demanda de trabajadores.
El Producto Bruto Interno (PBI) creció durante 12 trimestres consecutivos y el desempleo, que se ubicó en 5.1% en el cuarto trimestre, es el más bajo de la última década.