Bloomberg.- Las acciones de los fabricantes de armas en Estados Unidos cayeron más que en ningún otro momento en seis meses luego de que el productor de la marca Smith & Wesson emitiera un pronóstico sorpresivamente débil y con ello desatara dudas de que la industria podrá mantener su fuerte crecimiento sin Barack Obama en la Casa Blanca.
Las compras de armas subieron durante los ocho años en que Obama estuvo en el poder ante temores de que el presidente actuaría para reforzar las restricciones de armas de fuego. Con cada balacera masiva, las ventas aumentaron a medida que las personas se abastecían.
El presidente Donald Trump, en cambio, ha expresado su apoyo a la posesión de armas y se ha convertido en un defensor del derecho de la Segunda Enmienda de la Constitución de Estados Unidos a portar armas, tal vez aliviando la ansiedad de que la ventana para comprar armas esté por cerrarse.
Las verificaciones de antecedentes, un indicador de las ventas, han sido débiles desde que Trump fue elegido en noviembre. Las consultas al Sistema Nacional de Revisión de Antecedentes Penales cayeron 10% entre diciembre y mayo respecto del mismo periodo del año anterior, bajando en cinco de esos seis meses.
Los chequeos se duplicaron a 27.5 millones el año pasado, de 12.7 millones en el 2008, el año antes de que Obama asumiera el cargo.
“Creemos que el ambiente de la industria seguirá siendo difícil por lo menos otros dos trimestres, si no más”, dijo Chris Krueger, analista de Lake Street Capital Markets.
Su comentario llegó un día después American Outdoor Brands Corp., propietaria de Smith & Wesson, pronosticó que ganaría entre US$ 1.42 y US$ 1.62 por acción para el año fiscal 2018, por debajo de la estimación de US$ 1.67 de los analistas encuestados por Bloomberg.
Se prevé que las ventas de armas disminuyan este verano boreal frente a un año antes, cuando una masacre en un club nocturno de Orlando impulsó las compras.