La justicia de Brasil condenó al ex director de Petrobras , Paulo Roberto Costa, quien dirigía el sector de Abastecimiento de la petrolera estatal, a seis años y seis meses en régimen semiabierto por corrupción pasiva.
Costa está detenido desde marzo del 2013, cuando estalló el escándalo de desvíos de fondos de Petrobras, y podrá cumplir la condena en semilibertad, informó el diario Valor de Brasil.
Tras firmar un acuerdo de colaboración con los investigadores, Costa se convirtió en una figura clave del operativo conocido como Lava Jato, debido a que sus declaraciones ayudaron a develar detalles y partícipes en la trama de corrupción.
Por esa razón, cumplirá buena parte de la condena en régimen domiciliario. Lo mismo ocurre con otras condenas que se le aplicaron en otros procesos.
OAS
En el fallo, el juez Sergio Moro, del tribunal federal de Curitiba, también condenó al presidente de OAS y otros ejecutivos en el juicio que se les siguió por delitos de organización criminal, corrupción y lavado de activos, investigados durante la operación Lava Jato.
El expresidente de OAS, José Aldemário Pinheiro, conocido como Leo Pinheiro, fue condenado a 16 años y cuatro meses de prisión por organización criminal, corrupción y lavado de dinero. La misma pena recibió el exdirector y presidente del área internacional Agenor Medeiros por los mismos delitos.
Los ejecutivos Mateo Coutinho Oliveira Sá y José Ricardo Nogueira Breghirolli fueron condenados a 11 años de prisión por organización criminal y blanqueo de capitales. El funcionario Fernando Stremel tendrá que cumplir cuatro años en una prisión abierta por lavado de activos.
En la denuncia, el Ministerio Público Federal (MPF) acusó a OAS de ganar contratos con Petrobras mediante el pago de sobornos y la formación de un cártel con otros contratistas investigados.
Las obras contratadas estarían relacionados con la refinería Abreu e Lima, en el noreste de Brasil, y Getulio Vargas en el sur.
En el caso de OAS, los ejecutivos fueron condenados por delitos cometidos en contratos de obras en las refinerías Getúlio Vargas, localizada en el estado de Paraná, y Abreu e Lima, en Pernambuco.
Esta es la segunda constructora cuyos más altos ejecutivos fueron condenados. Anteriormente, recibieron penas la cúpula directiva de Camargo Correa.