En las últimas semanas, casos como los de Lava Jato y Odebrecht alborotaron las portadas de los diferentes diarios, no solo del Perú sino también del mundo.
Y es que casos tan grandes de corrupción no habían salido a la luz desde hace mucho, y decimos que “no salieron a la luz” porque en sí, es muy probable que muchos estén ahí presentes sin ser denunciados aún.
¿Qué lecciones hemos aprendido realmente tras los escándalos internacionales de Odebrecht y de Lava Jato ?
Que al tardar en aplicar las medidas correctivas o sanciones a los implicados en casos de corrupción, afecta profundamente a la proyección que tiene cada país en los aspectos económicos y sociales.
Entonces, ¿cómo se percibe desde el punto de vista de las universidades el tema de la ética empresarial hoy en día?
¿Qué herramientas debe tener la sociedad para reconocer a una empresa ética y sancionar a una compañía que no lo es?
Hoy, necesitamos un país, donde no se acepte el “roba pero hace obras” o el “no es plagio, sino copia”. Sino un Perú que cuestione y ponga en duda esos negocios que aparentemente no son claros.
Elsa del Castillo, rectora de la Universidad del Pacífico
“La responsabilidad social, que hoy es un término muy gastado, tiene una esencia muy importante”
Tenemos que reflexionar cuál es el modelo formativo y para qué existe. Aquí surge la formación de ciudadanos, profesionales pero ciudadanos. Debemos dedicarle tiempo, porque esas misiones institucionales figuran en todas las memorias, los brochures y lo que publican las empresas e instituciones debe ser el resultado de una mirada común al interior de la institución de estudiantes, profesores, para compartirla y experimentarla.
Ahí viene la responsabilidad social, que hoy es un término muy gastado, pero tiene una esencia muy importante donde el ciudadano, la organización y el país son responsables ya que trabajan en todos esos niveles para lograr que la sociedad cambie. Así, hay que identificar cuáles son esos dilemas profesionales, cómo discutir con estos jóvenes, a qué se van a enfrentar.
Empezar a reflexionar cómo principios universales pueden ser traídos a realidades concretas. Toma tiempo, pero hay que hacerlo con mucho cuidado para que la formación quede bien asentada, y ese es el esfuerzo que nosotros traemos.
Beatriz Boza, Socia EY Perú
“La ética es algo “voluntario”. El marco legal no lo exige para el licenciamiento”
Para las universidades, para poder licenciarse, no hay ningún requisito legal que exija una formación ética. Para la acreditación, tampoco se exige. Se predican los temas de ética y formación integral pero a la hora de la práctica no lo hay.
Lo único que se habla de ética en el tema de las universidades, como requisito, es para la investigación. Es decir, cuando la universidad quiere acercarse a la realidad ahí sí se le exige. Pero a la universidad respecto de a quién formas, no tenemos ningún requisito. Ahí hay un desafío institucional importante, que claramente las universidades han hecho suyo, lo han convertido en un desafío y en una realidad. Pero no es la realidad a nivel nacional.
José Ricardo Stok, exvicerrector de la Universidad de Piura
“Hacemos bien en las universidades en tener cursos de ética”
Hay un divorcio clarísimo de lo que es la esencia de la persona humana. Esto lleva a que se niegue esa primacía de persona humana, y si eso se traduce en las instituciones educativas, el daño es muy grande.
En general, nos preocupamos por la ética y tenemos todos cursos de ética, cosa que lucha a contracorriente, porque los estudiantes vienen ya del colegio donde está el primer problema. Entonces, desde allí comienza también el tema. Hacemos bien en tener estos cursos de ética y en esforzarnos aunque nos cueste bastante. Hay mucho que las universidades deberían dar, todos los que estamos aquí lo estamos haciendo, y ojalá estos modelos se repliquen más para bien de nuestros universitarios.
Fabiola León Velarde, rectora de la Universidad Peruana Cayetano Heredia
“Tenemos que reflexionar desde la academia, lugar donde se da un ejemplo importante para trabajar”
Sobre el tema de la ética, se tiene que reflexionar desde la academia, que es el lugar desde donde se debe debatir y dar un ejemplo importante para trabajar el tema. Desde nuestra universidad, la ética tiene un aspecto particular por el hecho de que somos una entidad de investigación y que además trabajamos en el ámbito de la salud y de la vida. El hecho de estar permanentemente pensando en cómo formamos no solamente profesionales sino también personas que tienen que aportar en conocimiento relevante que está ligado a la vida misma y al ambiente.
Básicamente, nuestras carreras están ligadas a la salud, al ambiente y a la vida, y por lo tanto, los valores de esas disciplinas tienen que ser inherentes a todas las profesiones. Tienen que ser absolutamente parte de la curricula. En ese sentido, también comparto la idea de continuidad a lo largo de los estudios. Algunos aspectos con cursos concretos, pero por lo general con estos conceptos que se manejan a lo largo de la carrera.
*“Estamos pensando en cómo formamos no solo profesionales sino también personas que tienen que aportar en conocimiento relevante”.
En temas de investigación, tengo que preguntarme ¿cómo mi investigación impacta a la sociedad? ¿Lo estoy haciendo por generar conocimiento, porque eso me place o lo estoy haciendo porque es útil para la sociedad?
Por supuesto, interesarse por la vida, por el ambiente, con una mentalidad del porqué del trabajar en equipo, con valores, eso lo vemos en la universidad. Yo aquí rescato el aspecto de continuidad, no solo continuidad a lo largo de los cinco años de estudios, continuidad desde la escuela, desde la educación superior. En esos aspectos que tienen que ver por supuesto con la ética, pero también con el cómo actúo yo con respecto al otro en cada una de las carreras que estoy practicando. Como señalaba en el caso de las carreras de ciencias de la vida y de la salud, particularmente visible.
Ernesto Cavassa, rector de la Universidad Antonio Ruiz de Montoya
“¿Nos interesan profesionales exitosos o sociedades sostenibles?”
Es importante que las universidades se planteen una formación integral. Si no se plantean esto, entonces veo muy complicado pedir después que la misma sociedad vaya teniendo herramientas o instrumentos que controlen temas como el de la corrupción. Si no hay un ciudadano motivado, me parece muy difícil que podamos avanzar.
Y eso significa un modelo de universidad que lamentablemente no siempre aparece, es importante que exista una universidad que forme profesionales sin ninguna duda, pero más aún que sea una universidad que forme ciudadanos.
Que tenga como punto fundamental, como eje transversal de la formación profesional, la formación en ciudadanía. Entonces, ¿nos interesan esos profesionales exitosos para sociedades frustradas o nos interesa que haya sociedades que realmente sean sostenibles? Y ese es el punto fundamental. Entonces, es clave eso.
En nuestra universidad trabajamos con cuatro C. Así, el estudiante que egresa debe ser Competente, sin duda profesionalmente porque si no, va a quedar fuera del mercado laboral y va a ser realmente un demerito para la universidad.
Además, tiene que ser Crítico y Consciente de la realidad en la que vive.
Tiene que saber pensar, es importante enseñar a pensar. Y finalmente, tiene que ser Comprometido con esa sociedad, de tal manera que la pueda transformar.
Salomón Lerner, rector emérito de la Pontificia Universidad Católica del Perú
“A los estudiantes les falta no formación sino información”
En nuestra universidad, es un fenómeno que hemos trascendido durante mucho tiempo y que creo que se cumple en la llamada “formación integral”. No se trata solo de preparar a profesionales exitosos en la vida, sino, como se ha dicho bien, a ciudadanos, y yo diría a personas que sean buenas. Y aunque eso pueda parecer un lenguaje más bien infantil, de eso se trata la bondad en el sentido de honestidad.
El valor del debate, la misión de la tolerancia y un punto que es importantísimo dentro del tema general que nos convoca hoy, el tema de la transparencia: el actuar de modo tal que tú puedas, con razón y además con la conciencia limpia, plantear tus puntos de vista frente a otros.
A los estudiantes les falta no formación sino información. En clase, yo hablaba de las guerras médicas y creían que hablaba del Seguro Social, cosas así. Les preguntaba ¿qué era un axioma? Y no sabían qué era eso. Entonces, por ahí se nos están dando indicadores.
“Lo ideal es aprender la ética desde el hogar y a través de la figura paterna y materna, en donde se comiencen a afirmar determinados valores”.
De qué sirve un curso de Ética si es que los alumnos, más allá de aprenderlo una noche antes para luego dar el examen, van a actuar en disconformidad con aquello que aprenden. Ahí hay que empezar a trabajar. Por tanto, no desde la universidad sino, como se ha dicho bien, desde antes. Lo ideal es desde el hogar y a través de la figura paterna y materna, en donde se comiencen a afirmar determinados valores.
Nada a través de elecciones, pero sí a través de conductas. “Padres honestos difícilmente van a tener hijos delincuentes”.