(Reuters).- El mercado laboral de Estados Unidos pareció cobrar impulso a comienzos de septiembre, cuando menos personas presentaron nuevas solicitudes de subsidios estatales por desempleo, pero presiones inflacionarias débiles podrían complicar la decisión de la Reserva Federal sobre las tasas de interés.

Los pedidos iniciales de beneficios estatales por desempleo bajaron en 6,000, a una cifra desestacionalizada de 275,000, en la semana que terminó el 5 de septiembre, informó hoy el Departamento del Trabajo.

Fue la vigésimo séptima semana consecutiva en que las solicitudes del beneficio han permanecido por debajo del umbral de 300,000, que es asociado usualmente con un fortalecimiento del mercado laboral.

El promedio móvil de cuatro semanas para nuevos pedidos, considerado una mejor medición de las tendencias del mercado laboral debido a que elimina la volatilidad semanal, subió en 500, a 275,750 la semana pasada.

“Lecturas consistentemente bajas para pedidos iniciales de subsidios por desempleo sugieren que el segmento de separaciones del mercado laboral permanece saludable y vemos pocas razones para esperar un cambio significativo en la dinámica (…) en el corto plazo”, comentó Jesse Hurwitz, economista de Barclays en Nueva York.

Importaciones
En otro reporte, el Departamento de Trabajo dijo que los precios de las importaciones cayeron un 1.8% el mes pasado al bajar el costo del petróleo y de una serie de bienes, después de retroceder un 0.9% en julio.

La caída de los precios de importaciones en agosto fue la mayor en siete meses y sugirió que la fortaleza del dólar y la debilidad de la demanda global siguieron presionando a la baja a la inflación importada.

Los precios de las importaciones han caído en 12 de los últimos 14 meses, y en el año hasta agosto retrocedieron un 11.4%, la mayor baja desde septiembre de 2009.

La inflación muy baja ante la mejoría del mercado laboral y el fortalecimiento del crecimiento económico presenta un desafío para el comité de política monetaria de la Fed, que se reunirá el 16 y 17 de septiembre.

Los economistas están divididos respecto a si el banco central estadounidense subirá o no las tasas de interés en esa reunión tras una reciente volatilidad en los mercados financieros globales, provocada por temores de un crecimiento más lento en China y en otros grandes mercados emergentes.

La Fed no ha subido las tasas de interés en casi una década.

Las acciones estadounidenses operaban estables, en general, mientras que los precios de los bonos gubernamentales a largo plazo subieron. El dólar, en tanto, se debilitaba levemente frente a una cesta de monedas.

El mes pasado, los precios del petróleo importado se desplomaron un 14.2%, la mayor caída desde enero, tras retroceder un 5.9% en julio.

Los precios de las exportaciones excluyendo al petróleo cedieron un 0.4% en agosto, en su octava caída mensual consecutiva.

Un informe separado del Departamento de Comercio mostró que los inventarios mayoristas cayeron en julio por primera vez en casi dos años, una señal tentativa de que las empresas estaban empezando a deshacerse de enormes existencias de mercancías que podría pesar en la producción en la segunda mitad del año.