Estado, comunidades y empresas en alianza frente a desafíos de inversión amazónica

Mesa de inversión amazónica. La participación del Estado en el desarrollo de proyectos extractivos en la selva, como la explotación forestal e hidrocarburos, está en proceso de cambios para ser más preventiva que reactiva. El PAD de la Universidad de Piura y Gestión analizaron alternativas en el foro: “Construyendo confianza para la inversión en la Amazonía”.

La ministra Rosa María Ortiz afirmó que el Gobierno está comprometido con impulsar el desarrollo y las inversiones en la Amazonía peruana.

“A la fecha el Estado ha aportado muy poco o casi nada a la selva”. Así, con un mea culpa, la ministra de Energía y Minas, Rosa María Ortiz, resumió la participación del Estado en el desarrollo de la Amazonía peruana a lo largo de la historia.

Y es que en el desarrollo de la república en el Perú, la ausencia del Estado en la zona de la selva se ha hecho evidente, tanto así que Ortiz aseguró que se ha dejado que en esta zona las personas y las empresas se manejen solas.
Pero una solución se plantea ante tanto abandono. Lograr que la población, las empresas y el Estado se unan como una alianza estratégica es el reto para el Ministerio de Energía y Minas (MEM), ya que se considera que es la única manera de darle equilibrio a las inversiones.

“Es una mesa con tres patas, pero todas las patas tienen que estar equilibradas. Y las tres patas tienen que pensar de la misma forma para poder llegar a algo”, dijo la ministra, quien destacó que el rol de Estado debe ser estar al medio de la balanza para dar credibilidad a lo que se acuerde.

En esta relación las empresas tienen una actuación clave, pues se necesita su voluntad para internalizar el pensamiento de las comunidades donde se va a realizar la producción o explotación de recursos.

La acción de los empresarios debe partir de dejar de creer que las comunidades deben pensar como ellos, cuando debería pasar exactamente a la inversa, y debe ser la empresa la que tiene que entender la idiosincrasia de la gente que vive en la zona donde va a realizar su desarrollo productivo.

“Creo que la única forma de que los proyectos extractivos de largo aliento salgan adelante es estableciendo esta relación, abierta, transparente y sincera entre comunidades, empresas, con un Estado totalmente imparcial, al medio, que ayude a manejar”, precisó Ortiz.

Por el lado del Estado, la ministra reconoció que la labor más difícil es cambiar la mentalidad de los funcionarios públicos para poder agilizar la coordinación entre sectores.

Un ejemplo del esfuerzo que se pone para cambiar esta situación es que anteriormente había una pésima relación entre el Ministerio del Ambiente y el Ministerio de Energía y Minas. Según Ortiz, hoy esa relación no es perfecta, pero es óptima para lograr el proceso de transferencia de los estudios de impacto ambiental (EIA) detallados, que estarán a cargo del Senace desde julio próximo y de los semidetallados en un par de años.

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