(Bloomberg) Los ilustres están de acuerdo en que tienen un problema con el populismo. La parte difícil es encontrarle una solución.
En el segundo día de la reunión anual del Foro Económico Mundial en los Alpes suizos, los delegados no se pusieron de acuerdo sobre cuál es la mejor forma de enfrentar la subversión del orden político occidental, debate que se hizo más urgente todavía por la serie de elecciones a celebrarse este año en Europa, donde los partidos antiestablishment podrían seguir ganando terreno.
Mientras que la jefa del Fondo Monetario Internacional (FMI), Christine Lagarde, instó a implementar una lista de políticas, desde programas de recapacitación para trabajadores hasta más gasto social, a otros los inquieta que la turbulencia recién haya comenzado.
En un panel presidido por Francine Lacqua de Bloomberg Television, el multimillonario de fondos de cobertura Ray Dalio advirtió que “podríamos estar en un punto en el que esté terminando la globalización y se esté asentando la provincialización y la nacionalización”.
Esto hace que los tecnócratas traten de armar soluciones potencialmente costosas para que el sistema actual de comercio internacional, banca y vínculos empresariales globales representados por el club de Davos resulte aceptable para la opinión pública en una época en la que recién llegados como el presidente electo de Estados Unidos, Donald Trump, amenazan con desmantelarlo, eliminando acuerdos comerciales e imponiendo aranceles.
Incapacidad
Lagarde dijo que las autoridades “tienen que pensarlo mucho y ver qué se puede hacer” dada la respuesta de los votantes que dicen “No”. Algunas medidas que se podrían implementar son reformas fiscales y estructurales, agregó.
Con el correr de las décadas, Davos se transformó en sinónimo de la globalización y los mercados abiertos, pero este año el contexto es la incapacidad de las élites empresariales y políticas de anticipar ninguno de los radicales acontecimientos políticos que moldearon el 2016.
Esto suscitó dudas sobre su capacidad de entender y enfrentar las fuerzas antiestablishment que azotaron a Estados Unidos y Europa durante los últimos 12 meses.
Después de Trump y el Brexit, se vienen más elecciones este año. Están programadas en Holanda, Francia y Alemania, con la posibilidad de elecciones anticipadas en Italia tras la realización de un referéndum constitucional en el que los votantes se opusieron al gobierno.
Miedo al populismo
En el panel, el ex secretario del Tesoro estadounidense Lawrence Summers atacó a Donald Trump, mientras que Dalio, fundador de Bridgewater Associates, adoptó un tono más pesimista que Lagarde.
“Quiero dejarlo bien claro: el populismo me asusta”, dijo Dalio. “Económicamente, como participante del mercado, el principal problema es cómo se manifestará el populismo en el próximo año o bienio”.
La receta de Summers para lidiar con el populismo modificó el slogan de campaña de Trump. “Nuestro objetivo general debería ser que Estados Unidos sea más grande que nunca”, dijo Summers. “Eso es muy distinto a que recupere la grandeza”.
El ministro de Finanzas de Italia, Pier Carlo Padoan, le dijo al panel que el Brexit y Trump planteaban un desafío a las autoridades.
“Ellos tienen una visión, nosotros en Europa no la tenemos, no una comparable en lo que se refiere a un mensaje poderoso”, dijo él. “Perdón por ser pesimista, pero es así”.