EXPECTATIVAS. La Reserva Federal de Estados Unidos se vuelve a reunir la próxima semana, y todo parece indicar que no habrá sorpresas.
Tras su reunión en julio, los mercados aumentaron sus expectativas de un aumento de la tasa de interés de referencia de Estados Unidos para este mes, pero poco a poco estas se han ido diluyendo.
Y es que si bien la economía estadounidense ha seguido mostrando mejoras en las cifras de su mercado laboral, otros datos del sector industrial y de comercio minorista despiertan dudas, las cuales también han sido resaltadas por diversos funcionarios del propio banco central norteamericano.
La evolución de las expectativas del mercado se ha reflejado en las fluctuaciones de la cotización del dólar a nivel mundial, por lo que una vez más, las declaraciones de Janet Yellen, presidenta de la Fed, será determinantes en lo que vaya a suceder con el dólar, lo que a su vez va a arrastrar a los precios de los commodities. La ansiedad de los mercados por predecir el momento exacto del alza, que con seguridad está en camino, viene acentuando la volatilidad.
Actualmente, las probabilidades de un aumento de la tasa de interés de la Fed para este mes rondan el 20% y las apuestas para un incremento de los tipos se centran ahora en diciembre. Sin embargo, estos pronósticos podrían cambiar drásticamente, dependiendo del resultado de las elecciones presidenciales de noviembre en Estados Unidos.
Si bien hasta hace unos meses Hillary Clinton parecía enrumbarse hacia una victoria sin mayores complicaciones, recientes encuestas que revelan una reducción de su ventaja sobre Donald Trump pueden agitar los mercados.
En ese contexto, la política de dependencia de los datos y de cautela no tendría porque ser modificada por la Fed este mes. Asimismo, se esperaría que un mayor consenso en la propia entidad y hasta en los mercados, sumado a la llegada de incuestionables datos sobre la fortaleza de la economía estadounidense precedan al aumento de la tasa de interés, pero por ahora parece que no.