La economía peruana tendrá el segundo mayor crecimiento en la región en el 2014, al avanzar 5.5%, solo superado por Panamá, cuya economía crecerá 7.3%, proyectó el Banco Mundial.
También tendrán crecimientos significativos este año Bolivia (4.7%), Paraguay (4.6%), Colombia (4.3%), Costa Rica (4.3%), Nicaragua (4.2%) y Ecuador (4.1%); en cambio, los más bajos desempeños económicos los tendrán Venezuela (0.5%), Brasil (2.4%), Argentina (2.8%) y México (3.4%).
Para los años 2015 y 2016 el organismo internacional proyecta que el PBI del Perú crecerá 5.9% y 5.8%, respectivamente, con lo que igualmente tendrá el segundo mayor avance en la región detrás de Panamá (6.9% y 6.5%, en cada caso).
Entre los países que mostrarán crecimientos débiles en los próximos dos años están Venezuela (1.7% y 2.3%), Argentina (2.5% en ambos años), Brasil (2.7% y 3.7%); por su parte, reportarán mejores desempeños Colombia (4.2% y 4%), Costa Rica (4.1% en ambos casos), Nicaragua (4.4% y 4.3%) y México (3.8% y 4.2%). Para Chile no presenta proyección alguna.
El Banco Mundial explicó que la desaceleración del comercio mundial, las condiciones financieras más difíciles y los mercados de productos básicos menos favorables en el 2013, han dejado a muchos países de América Latina y el Caribe luchando con un crecimiento relativamente débil.
La demanda interna se ha moderado notoriamente en Brasil, aunque la actividad está comenzando a recuperarse en México y las exportaciones se están recuperando en América Central, en parte gracias a la ampliación del Canal de Panamá.
Se prevé que el crecimiento regional repuntará de 2.9% en el 2014, a 3.1% en el 2015, antes de acelerarse a 3.7% en el 2016. El fuerte aumento de las exportaciones junto con el incremento estable del consumo debería impulsar el crecimiento de Brasil a 3.7% en el 2016.
Dependiendo de la recuperación de Estados Unidos, se espera que México crezca 3.4% en el 2014, acelerándose a 4.2% en el 2016. Los riesgos de deterioro de la situación en la región incluyen un alza descontrolada de las tasas de interés mundial y una disminución brusca, prolongada y profunda de los precios de los productos básicos.