(Bloomberg).- La economía japonesa se contrajo en el tercer trimestre con la caída de las inversiones empresariales, confirmando lo que muchos economistas habían pronosticado: el país cayó en su segunda recesión desde la asunción de Shinzo Abe como primer ministro en diciembre de 2012.
El producto interno bruto bajó un 0.8% anualizado en el período de tres meses terminado el 30 de setiembre, tras una caída revisada de 0.7% en el segundo trimestre, con lo cual cumple la definición común de recesión. Los economistas habían estimado una baja de 0.2% para el tercer trimestre.
La debilidad de las inversiones empresariales y la reducción de los inventarios impulsaron la contracción, en tanto el lento crecimiento en China y una perspectiva global débil llevaron a las empresas japonesas a contener sus gastos y producción. Si bien se espera que el crecimiento repunte en este trimestre, el informe del PIB podría presionar a Abe y al presidente del Banco de Japón (BOJ, por sus siglas en inglés), Haruhiko Kuroda, para que aumenten el estímulo fiscal y monetario. El BOJ se reunirá para discutir la política económica esta semana.
“Este informe muestra el riesgo cada vez mayor de que la economía de Japón continúe con su desempeño deslucido”, dijo Atsushi Takeda, economista de Itochu Corp. en Tokio. “La debilidad del gasto de capital se está transformando en una preocupación mayor. A pesar de que sus planes son sólidos, las compañías no confían en la capacidad de recuperación de la economía en Japón y el exterior”.
- Los inventarios le restaron 0.5 puntos porcentuales al crecimiento este trimestre porque las empresas redujeron existencias que se habían expandido durante los dos trimestres anteriores, dijo la Secretaría del Gabinete;
- Las inversiones de empresas sustrajeron 0.2 puntos porcentuales del crecimiento;
- El consumo privado le agregó 0.3 puntos porcentuales al crecimiento.
La reducción de las inversiones constituye un rechazo a Abe, que instó a las empresas japonesas a colocar una mayor parte de su efectivo disponible en el gasto de capital. Las inversiones empresariales cayeron 1.3% en el período de julio a septiembre en relación al trimestre anterior, tras una contracción revisada de 1.2%, según el informe.
Abe ha priorizado reforzar la economía y ha promovido políticas de reactivación que han debilitado el yen y aumentado las ganancias corporativas. Kuroda había dicho en septiembre que no sería inusual que la economía creciese en el trimestre entre julio y setiembre.
En una serie de informes económicos sombríos publicados durante los últimos meses, cayó el indicador de precios básicos de Kuroda, bajó inesperadamente el gasto doméstico, se redujo la producción de vehículos, disminuyeron las ventas minoristas, se contrajeron las importaciones y se estancaron las exportaciones. Un punto positivo: la producción industrial avanzó 1,1 por ciento en septiembre en relación al mes anterior, aunque no fue suficiente para compensar las contracciones en julio y agosto.
Medidas.
Este mes, Abe ordenó al ministro de Economía, Akira Amari, que compilase medidas para ayudarlo a alcanzar su meta de expandir 20% el PBI nominal de Japón, a 600 billones de yenes, en cinco años.
Amari dijo el lunes tras la publicación de los datos que un presupuesto adicional podría concentrarse en atender los problemas demográficos de Japón y ayudar a aliviar los efectos del pacto comercial conocido como Acuerdo Transpacífico y que el gobierno adoptaría un enfoque flexible para la administración fiscal y económica. Amari también dijo que probablemente el PBI se expanda este trimestre.