La desigualdad de los ingresos en el Perú, medida con el coeficiente de Gini, se ubica por encima del promedio de los cinco países más dispares de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE), según el informe “Juntos en ello. Por qué una menor desigualdad beneficia a todos”, publicado ayer por la entidad.
No obstante, considerando los datos del INEI, la diferencia de ingresos en el país sería menor que la de otros países de la región, como Colombia y Chile.
Según el informe, uno de los mayores impulsores de la igualdad en Argentina, Brasil, México y el Perú ha sido la reducción de brechas salariales en la fuerza laboral.
Políticas
La OCDE destaca que mientras que en la mayoría de sus países miembros las transferencias directas juegan un papel más importante en la redistribución de ingresos que los impuestos directos, la estructura impositiva en México y en el Perú tiene un impacto mayor que las transferencias para impulsar variaciones en la desigualdad.
Y anota que “si se considera como una transferencia social, el sistema de pensiones público no sería beneficioso para la igualdad en Chile, México y Perú”.
Otra de las diferencias del país sería su política regresiva en salud pública, conocida como ‘prorricos’, por la que el gasto tiende a aumentar mientras sea mayor el ingreso del ciudadano. En cambio, Brasil, Colombia y, sobre todo, Chile aplican políticas progresivas o ‘propobres’.
En cualquier caso, el organismo estima que, aunque los resultados de las medidas progresivas en salud y educación son alentadores en las economías emergentes, estas no garantizan un impacto positivo en la reducción de la desigualdad. Pues, además de si son ‘prorricos’ o ‘propobres’, el tamaño de las transferencias, o la proporción del gasto frente a los ingresos familiares, influye necesariamente en su impacto.
CIFRAS
- 0.44 puntos suma el índice de desigualdad para el 2014, según el INEI, apenas 0.01 puntos menos desde el inicio de este Gobierno, en el 2011.
- 0.503 puntos es el coeficiente de Gini de Chile. Este resultado supone el peor nivel de desigualdad entre los 34 países miembros de la OCDE.