El director del Instituto Peruano de Economía (IPE), Roberto Abusada, estimó que en los últimos doce años, en el Perú se paralizaron proyectos mineros por US$ 8,000 millones por temas sociales y políticos.
El primer proyecto de grandes inversiones paralizado fue Tambogrande en Piura en el año 2002. La conflictividad social hizo que la empresa minera Manhattan se retire de la zona.
Otro de los proyectos es Cerro Quillish que se encuentra paralizado desde el año 2004 y está a cargo de minera Yanacocha. Este mismo año el proyecto Río Blanco fue objeto de protestas para luego ser detenido.
En el gobierno de Alan García se paralizó a través de decretos los proyectos Tía María en Arequipa y Santa Ana en Puno. En el actual gobierno el proyecto Conga es el que no avanza.
Minería y empleo
Durante su exposición en el XI Simposium del Oro y la Plata, Abusada aseguró que la minería sí ayuda a generar empleo en el país, contrariamente a lo que opinan sus críticos.
Explicó que por cada puesto de trabajo directo que se da en la minería, se crean nueve empleos indirectos. Cifras muy superior a la que se observa en el agro, donde se necesitan seis empleos directos para crear un empleo indirecto.