“La desaceleración de la economía peruana es más coyuntural que estructural”, anunció un informe de Scotiabank, respecto a la reciente desaceleración en 2% de la economía peruana anunciado por el INEI.
Según la entidad financiera, un primer factor es que en abril hubo dos días menos de trabajo por el cambio de fecha de Semana Santa, pues dos días más en abril habría significado crecer cerca de 4% en vez de 2%.
Otros factores incluyen la fuerte reducción en la producción de oro ilegal, y una caída en el gasto de los gobiernos regionales. Ambos son factores que no se esperaban, al menos no en la magnitud en que se están dando.
Un último factor, también inesperado, es la demora en el registro de la producción de cobre del nuevo proyecto de Toromocho. Según Guillermo Arbe, analista de Scotiabank, no es un evento que explique el crecimiento bajo en sí, pero sí explica la diferencia entre el crecimiento real y el esperado.
Posiblemente, Toromocho no empiece a registrar producción hasta junio, pero después debe empezar a agregar valor al PBI tal como se esperaba.
Por otro lado, es probable que el gasto en inversión de los gobiernos regionales esté deprimido hasta después del cambio de mandato en enero del 2015, y en cuanto a la minería ilegal, la esperanza es que, más bien, nunca se recupere.
Ni Semana Santa ni Toromocho son factores estructurales. Sin embargo, cuando aparece algún factor excepcional cada mes, uno empieza a pensar que debe haber alguna explicación más de fondo.
PBI potencial vs ciclos de inversión
Según el Scotiabank, a pesar de que tiene sentido pensar que el PBI potencial ha disminuido en los últimos dos años ante el deterioro de los términos de intercambio, es difícil pensar en un crecimiento potencial tan bajo.
Si el PBI potencial es la máxima capacidad para crecer sin generar inflación ni distorsiones macroeconómicas, cuesta creer que, con los términos de intercambio actuales, no se pueda crecer 6% o más, sin generar distorsiones ni inflación.
No toda desaceleración es mala
La fuerte reducción en la minería ilegal es uno de los factores no esperados detrás de la desaceleración del crecimiento en el 2014. Una menor producción de oro informal ha restado 1.5 puntos porcentuales al crecimiento de abril, pero la intención es que se trate de una reducción permanente en el tiempo.
Scotiabank considera que parte del problema es que nos hemos acostumbrado a ver a la economía exclusivamente por el prisma del crecimiento, pero nos hemos olvidado del concepto de bienestar.
Al reducir la minería ilegal, se reduce el crecimiento del PBI, pero aumenta el bienestar. Menos minería ilegal significa desaparecer externalidades negativas que no son recogidas por la medición del PBI, pero que son importantes en la forma en que afectan al bienestar.
No toda desaceleración del PBI es mala, y en este caso es necesaria, y probablemente ayude a hacer más sostenible el crecimiento en el largo plazo.