Cuando los emergentes estornudan, ¿qué pasa en el resto del mundo?

La vulnerabilidad de los países desarrollados ante un posible shock de los emergentes , sobre todo de China, ha crecido en las últimas dos décadas. Morgan Stanley habla de algunas de las consecuencias.

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Diario Expansión
Red Iberoamericana de Prensa Económica (RIPE)

Los problemas que han evidenciado las economías emergentes en los últimos tiempos (que se han manifestado de forma más palpable en el mercado de divisas últimamente) han puesto en tela de juicio no sólo la estabilidad económica y política de esos países. También los efectos sobre el resto del mundo preocupan a los expertos.

Morgan Stanley destaca en un informe que un shock en los mercados emergentes similar al registrado a finales de 1990 podría afectar al crecimiento de los países desarrollados, «pero el impacto podría ser mayor y la recuperación podría durar más tiempo que en aquel entonces».

En concreto, sus analistas encuentran tres razones. En primer lugar, el peso de los emergentes (principalmente de China) en la economía global ha crecido, sobre todo en comparación con el que tenía en la crisis de finales de los 90.

En segundo lugar, las economías desarrolladas están más expuestas a los mercados emergentes, por la vía de las exportaciones, los ingresos de las grandes empresas y la banca. En concreto, sostiene que cerca del 21% de las ventas al exterior de la zona euro se dirigen a estos países, el 43% de las de EE.UU. y el 59% de las de Japón.

La firma de inversión destaca especialmente la exposición de los bancos austriacos, portugueses y griegos. Asimismo, subraya que la de los españoles ha bajado.

Y, en tercer lugar, tanto EE.UU. como Europa se encuentran en situación más debilitada que hace casi veinte años. Un crecimiento más exiguo, la demanda interna renqueante y la amenaza del fantasma de la deflación son algunos de los motivos.

Los efectos
De acuerdo con el informe, un colapso de los emergentes crearía un lastre en el crecimiento de EE.UU. de 1.4 puntos porcentuales en términos anualizados.

Por su parte, la zona euro podría volver a la recesión y los riesgos de la deflación se agravarían. Algo similar ocurriría en Japón. Australia también coquetearía con la recesión con un impacto de 1.8 puntos porcentuales sobre su PBI en el año siguiente al shock.

En cuanto al efecto sobre los mercados de acciones, las bolsas europeas se verían más afectadas que la estadounidense o la japonesa.

Concretamente, en Europa, los sectores de energía, metal y tecnología son los más expuestos, en línea con los de la economía estadounidense.

Si bien, Morgan Stanley destaca que, evidentemente, las bolsas más vulnerables son las de los propios países emergentes. Por último, respecto a las divisas, la entidad cree que tanto el dólar como el yen se verían revalorizados.

Por países, el informe pone de relieve los mercados con mayor riesgo de sufrir un súbito deterioro en sus economías ante un shock en China: Brasil, Turquía, India y, en menor medida, Indonesia.

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