Zagreb, Croacia (AP) .- Los fuegos artificiales está listos y los líderes extranjeros comienzan a llegar mientras Croacia se prepara para celebrar su ingreso en la Unión Europea (UE), unos 20 años después de ganar su independencia en una sangrienta guerra civil que sacudió el continente.
A la medianoche del domingo, Croacia se convertirá en el miembro número 28 de la UE, primera adición al bloque desde que Bulgaria y Rumania se unieron en 2007. Esta adhesión supone un punto de inflexión histórico para el pequeño país, que pasó por una carnicería después de declarar su independencia de la antigua Yugoslavia en 1991.
Hace una década, cuando Croacia comenzó a negociar la entrada, el país que quedó devastado por la guerra se llenó de alegría ante la perspectiva de convertirse en un miembro de la élite europea.
Pero con la UE en una profunda crisis financiera y la propia economía de Croacia en recesión durante cinco años consecutivos, esa emoción se ha atenuado.
No es para jóvenes
Croacia, según un reportaje de El Mundo de España, tiene una de las tasas más altas de insatisfacción en los jóvenes respecto a sus oportunidades en el país.
Hasta el 70% de los jóvenes croatas pretende abandonar un estado para muchos disfuncional y víctima de la corrupción: “Aquí no hay trabajo. Me alegro de que Croacia entre en Europa. Será más fácil marcharme a estudiar o a trabajar fuera”, explica la estudiante en el artículo.
El PBI del estado balcánico ha descendido más de un 10% desde 2009 y el desempleo ha alcanzado al 20% de la población económicamente activa. La situación es especialmente crítica para los jóvenes: más del 50% no tiene trabajo.
Las previsiones para el futuro tampoco son muy buenas. Solo un 1.2 croatas cotizan a los fondos de pensiones por cada pensionista, lo que convierte a su sistema de subsidios en un reloj contra el tiempo.
En este escenario, según el artículo, ha producido una sensación de indiferencia en la mayoría de los jóvenes con respecto a la adhesión de su país a la UE.