En Perú consumimos unos modestos 1.8 litros de vino al año. Y en verdad es una cifra muy pequeña si lo comparamos con Chile, que consume diez veces más. Ni hablar de Europa, que llega a 50 litros anuales per cápita.
“El vino es cultura, un tema de conversación”, señala Francisco Solé, gerente general de Best Brands. Y evidentemente, Perú recién comienza en el sendero de Baco.
Durante los últimos 20 años, el consumo en Perú se ha duplicado. A paso lento, pero seguro. No obstante, en el último lustro, la evolución comenzó a ralentizarse entre 8% y 10%, asegura Solé.
Uno de los motivos, apunta, es la competencia con otro tipo de productos, principalmente los destilados. Un whisky, por ejemplo, le saca una amplia ventaja al vino por el simple hecho de que en una reunión rinde más. Y cuesta lo mismo.
De hecho, este balance de precios encuentra su origen en los recargos hacia las bebidas alcohólicas. ¿Por qué el vino es tan caro? La respuesta en el vídeo.
El enemigo natural de los destilados y del vino, sin embargo, es la cerveza. Perú es un país cervecero. Del total de litros de alcohol consumidos en el país, 95% le corresponde a la bebida dorada. El 5% restante se lo reparten el resto de botellas multicolores.
Dulce Perú
Al peruano le gusta el dulce. Amante de los postres y con empalagosos ejemplos como un suspiro a la limeña o arroz zambito, no sorprende que los vinos de uva borgoña, la más dulce, sea el preferido.
En el año 2016, la producción nacional de vinos fue de 38 millones de litros, en un mercado que mueve US$ 220 millones, según Solé. El vino dulce, naturalmente, es el preferido, “y se concentra en el segmento de precios intermedio y bajo”.
Este segmento es exclusivo de las cepas más jóvenes, entre 5 a 10 años de antigüedad, por ello el bajo precio. “La cepa, mientras más antigua ofrece un menor rendimiento; es decir, una mayor concentración en el fruto, lo que significa una mejor calidad de vino”, explicó el experto.
Lo curioso es que la blanca Navidad en Perú coge un tinte más rojizo, pues es durante estas fechas cuando el consumo de vino crece hasta un 45%, convirtiendo a diciembre en el agosto de los productores.
Los vinos premium en Perú cuentan una historia diferente. Las cepas aquí son más viejas, de 20 años a más. Y los protagonistas vienen del exterior.
El alcohol que vino
En el terreno de las importaciones el vino puede inflar el pecho y sacar cara entre el resto de bebidas alcohólicas. En 2016, Perú importó 8.5 millones de litros de vino.
El 37% de importaciones proviene de la Argentina, y el 60% de este volumen tiene el aroma de la uva malbec. Los vinos chilenos representan el 25% de la bebida importada, y los otros países se dividen la torta restante.
En 2016, Perú importó US$ 31.1 millones entre vinos y espumantes, lo cual representa el 40% del valor total de las bebidas importadas. El whisky queda relegado a un segundo lugar con 30%, y la cerveza se conforma con un 15%, al final del podio.
Lo curioso es que, si bien el valor importado solo se ha reducido un 0.4% en el último año, el volumen de litros importados cayó 7.9%. En pocas palabras, Perú está consumiendo menos vino importado, pero está consumiendo vino más caro.
Y la tendencia se va a mantener. Solé explicó que “el año 2017 se va a comportar de la misma manera que el 2016, ya que el consumo permanecerá constante, sin crecimiento”.
Y se fue
El volumen de vino que sale de Perú es mucho menor que las botellas que ingresan. Las exportaciones de vino peruano suman 200,000 litros, según el experto.
El 85% de este volumen lo comprenden las bodegas de Santiago Queirolo y Tabernero, precisó.
Y es que Perú aún no es un país vinero, el trago pasa amargo, y el resultado lo vemos en sus números. Solo exportamos US$ 850,000, y aún buscamos lograr el primer millón.