LUIS ALEGRÍA
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LUIS HIDALGO SUÁREZ
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Usted afirma que se debe repensar el concepto de globalización. ¿Por qué?
La manera estándar de pensar sobre la globalización se refiere a que los bienes crucen fronteras más fácilmente. El país que produce los bienes tiene un “equipo” en cierto sentido: Capital, mano de obra, know-how, administración. Produce y vende los bienes como un equipo. Este es el concepto antiguo de globalización.
Hoy, con la revolución de la Tecnología de la Información y Comunicaciones (ITC, por sus siglas en inglés), el proceso productivo de bienes se divide. Una forma común de ver esto son las Cadenas Globales de Valor (Global Value Chains) o la internacionalización de la cadena de abastecimiento. Esto, en mi opinión, es el principal cambio: Ahora no solo los bienes cruzan las fronteras, también lo hacen las ideas (know-how), la tecnología, la mano de obra, y esto está cambiando la naturaleza de la competencia internacional.
¿Cuál ha sido el impacto de ese cambio?
En el primer proceso de globalización (desde la Revolución Industrial, 1870, hasta 1990) se hizo más barato, para todas las naciones, enviar bienes casi a cualquier destino. Por eso, los países empezaron a especializarse en lo que eran excepcionalmente buenos.
Los flujos post 1990 se dan dentro de las corporaciones (en su gran mayoría), van hacia países específicos. Es por eso que ahora el nuevo concepto de globalización está mucho más concentrado geográficamente. Básicamente, Estados Unidos (industrial), Europa (industrial) y Asia (industrial) han cambiado la forma en que la globalización funciona; mientras África y América Latina han sido excluidas.
¿Quiere decir que la geografía es hoy el principal conductor de la globalización?
Como yo lo veo, hablando en corto, sí; es extremadamente importante, pero no por los costos del comercio o de la información, sino por el costo de mover a las personas. Al final del día, la interacción ‘cara a cara’ sigue siendo importante y, en el proceso productivo, la interacción ‘hombre-máquina’ también lo es.
Como consecuencia, la internacionalización del proceso productivo se tiende a concentrar alrededor de los países cercanos a los líderes tecnológicos, que son básicamente Japón, Alemania y EE.UU. El rol de la geografía es clave porque mover personas es costoso y consume mucho tiempo.
Ese costo es a nivel de las firmas. ¿Son estas las que están liderando la globalización?
En gran medida sí. La organización de la internacionalización de la producción se puede dar de varias formas, dependiendo de la industria. El más común es el de una empresa fabricando un producto y todo se hace dentro de una misma corporación (incluye los bienes finales y también los intermedios).
Hay otras formas, las Cadenas Globales de Valor que están organizadas de forma más flexible. Por ejemplo, en vestimenta (confecciones) las empresas de Estados Unidos, Europa y Japón tercerizan toda una cadena de fábricas en países emergentes. Además, hay compañías que son intermediarias, las cuales conectan a los productores con los consumidores.
¿Cómo están impactando estas Cadenas Globales de Abastecimiento en economías como la peruana?
Es un problema muy grande para los países en Sudamérica y África. No pueden competir con esta combinación de lo mejor de todos los países: Tecnología americana, mano de obra china, partes de Corea y Japón. Se ha vuelto tan difícil ser competitivo en manufacturas que, a menos que seas parte de esa cadena global de valor, tu industria va a ser dejada de lado. La competitividad depende más de estar unido a esas cadenas de valor. A mí me gusta decir que el offshoring (subcontratación internacional) mató a la sustitución de importaciones.