Las mesas de desarrollo tienen como objetivo lograr una estabilidad social y una relación armónica entre el Gobierno, las comunidades locales y las empresas, en zonas donde se avecinan grandes inversiones extractivas. Fernando Castillo Torres –Director General de Gestión Social del Ministerio de Energía y Minas– conversó con Gestion.pe y nos adelantó que el 2014 será un año quiebre para este modelo de diálogo que está registrando resultados positivos.
¿Cómo se potenciarán las mesas de desarrollo este 2014?
Nos han dado una serie de lecciones aprendidas que son diferentes una de otra. En ciertos casos hay un nivel de coincidencia, pero otros son muy individuales. Ahora queremos sistematizar estas mesas de desarrollo para que a futuro pueda ser una política de Estado. Ya en varios lugares nos están pidiendo que haya una mesa de desarrollo. Vamos hoy a constituir una muy cerca a Corani, para un proyecto de IRL, porque hay predisposición de la compañía y las comunidades, pues este espacio no necesariamente debe surgir a raíz de un conflicto, sino que se genere antes las condiciones de intervención del Estado y la empresa.
¿Van a estandarizar las mesas de desarrollo?
No. Es muy complejo estandarizar una solución para el país, entendiendo la diversidad de idiosincrasias y culturas. Lo que buscamos es dar un formato para la constitución, atención y recepción de las demandas y necesidades. Y así poder hacer un priorización, ver los mecanismos que han funcionado y cómo pueden estos -respetando las condiciones de cada localidad- significar que vayan en camino a un éxito que permita garantizar condiciones de estabilidad en esas zonas.
Las mineras saludan las mesas, pero se quejan de su demora. ¿Cómo acelerarlas?
Un elemento coincidente en varios de estos procesos es que a un elevado porcentaje de proyectos desarrollados por los municipios o regiones les faltaba completar o acotar algunos temas que exige y requiere el Sistema Nacional de Inversión Pública (SNIP). Ahí tenemos un primer entrampamiento, que nos ha costado una demora, pero lo estamos resolviendo con el apoyo de los ministerios involucrados. Las mesas de desarrollo han revisado todos estos proyectos que están dentro de la priorización con los sectores comprometidos para viabilizarlos. Contratamos un grupo de técnicos para que optimicen los expedientes tal cual exige el SNIP, porque no se pueden saltar las instancias y las normas del país.
La mesa de Cotabambas demoró un año y cinco meses
Sí, pero finalmente se logró 150 millones de soles para la carretera anhelada por 70 años, tiene un anticipo de canon por 47 millones de soles y en camino 50 millones de soles más. Tiene obras de electrificación que nos ha permitido llegar a una cobertura de 90%. Tiene un proceso de afianzamiento en los programas de vivienda y saneamiento que ha sido recogido por las autoridades. Teníamos que respetar lo que el SNIP nos exige, pero ahora ya estamos solucionando las trabas.
¿Se requiere una flexibilización del SNIP para estos casos?
No, porque sino todos los distritos se acogen a esa flexibilización. Por ejemplo, nosotros encontramos que uno de los alcaldes tenía dificultades porque no había liquidado obras anteriores y para el MEF estaba en rojo. Contratamos un grupo de contadores y economistas para que se encarguen del trabajo. Nos tomó tres meses. Necesitamos técnicos no solo con alta capacidad técnica sino que estén dispuestos a trabajar en esas zonas.
¿Este año habrá más mesas de desarrollo?
A la fecha tenemos 6 constituidas. El 2014 debemos llegar a un promedio de 20. Tampoco quisiéramos que se manoseen demasiado. Como están funcionando, no vamos a hacer mesas por todos lados. Si no se evalúa bien en su real dimensión, en su contexto real, puedne ocurrir algunos fracasos que entorpezcan el diálogo.
¿Podríamos hacernos un balance de las actuales mesas?
Ya cerramos la de Cotabambas (Apurímac), que fue la primera mesa de desarrollo que se constituyó, en julio del 2012. Tuvo como objetivo generar las condiciones sociales favorables donde operará el proyecto Las Bambas y el proyecto Haquira, que en conjunto suma una inversión casi 7 mil millones de dólares. Los alcaldes y las organizaciones locales tienen un mayor nivel de confianza con el Gobierno y las empresas.
En la mesa de Chumbivilcas (Cusco), la segunda en constituirse, la empresa HudBay está cerrando un diálogo directo que permitirá que en las provincias altas de Cusco, muy cercano a Espinar, puedan tener un trabajo más coordinado.
También está la de Cañaris (Lambayeque), en donde tenemos el proyecto Cañariaco, una posible inversión de 2 mil millones de dólares. Se logró una aceptación a proyectos de inversión por 120 millones de soles, allí donde hay dos distritos que se encuentran entre los 20 más pobres del país, siendo Lambayeque la sexta región en inversión.
La mesa de Corani (Puno), donde se encuentra el proyecto del mismo nombre de la empresa Bear Creek, ya va dando también resultados. Estamos trabajando seis meses allí, con proyectos de inversión que se han identificado por promedio de 108 millones de soles en su conjunto. Y, finalmente, hemos constituido una mesa en Hualgayoc y en Tambogrande.