(Bloomberg).- El economista jefe del Banco Mundial, Paul Romer, exhortó a los estrategas globales a recalentar sus economías, bajando la capacidad ociosa y el desempleo para dejar a la vista los obstáculos de más largo plazo al crecimiento.
“Si pudiéramos estar más cerca de la capacidad plena, todos los déficits, cuellos de botella y limitaciones” aflorarían a la superficie, dijo Romer en una entrevista en Washington. Eso permitiría a los responsables de las políticas centrarse en los pasos siguientes para elevar el potencial de crecimiento de la economía, agregó. “Si se presiona artificialmente el sistema, realmente se lo mejora más rápido”.
Los comentarios de Romer, que según dijo derivan de teorías de mejora de la manufactura desarrolladas por el gurú de la gestión William Edwards Deming, se hacen eco de los dichos de otra estratega importante: la presidenta de la Reserva Federal Janet Yellen .
El mes pasado, Yellen dijo que había “formas posibles” de “funcionar temporariamente con una economía de alta presión”, lo cual podría beneficiar el crecimiento en el largo plazo.
Permitir que el desempleo y la inflación excedan los objetivos del banco central sin políticas compensatorias es un enfoque conocido entre los economistas como “recalentar” la economía. Cuando en la entrevista se mencionaron las ideas de Yellen, Romer dijo “exactamente”.
Disidente
Es una idea poco convencional, pero nada inusual para Romer, de 60 años. Antes de que lo nombraran economista jefe del Banco Mundial en julio, fue profesor de Economía en la Escuela de Negocios de la Universidad de Nueva York.
Es uno de los mayores expertos mundiales en el tema de por qué las economías crecen, y un disidente que ha criticado a su propia profesión por confiar demasiado en modelos y teorías.
Sus trabajos van más allá de las corrientes dominantes de la economía y exploran teorías sobre los beneficios del pasaje de lo rural a lo urbano y sobre las ciudades como incubadoras de innovación.
La combinación de producción débil, inflación lenta y bajas tasas de interés
ha puesto a los bancos centrales de todo el mundo en posición precaria.
Con una política de tasas todavía alrededor de cero, hay poco espacio para recortar en la próxima recesión. El miércoles pasado, la Fed dejó la tasa crediticia de referencia sin cambios, en una gama de 0.25% a 0.5% en la que ha estado desde diciembre.
“Todo el mundo se ha sorprendido ante este persistente fenómeno de tasas de interés increíblemente bajas y bajo crecimiento, y crecimiento bajo de la productividad”, dijo Romer. “Una prolongada flojedad de la economía está realmente perjudicando las cosas, no solo en el sentido de que se malgastan recursos, sino también porque no mejora la productividad”.
Romer dijo que los gobiernos deben estar “más abiertos a lo que podemos hacer”. Una recomendación: abrir más tierra urbana para el desarrollo. “Habrá más construcción, más infraestructura”, dijo.
En cuanto a las inversiones en negocios, el economista dijo que es fácil ver cuál es el mayor obstáculo para la confianza del sector privado en este preciso momento, solo días antes de que los estadounidenses elijan un nuevo presidente: la incertidumbre política.