Fráncfort (Reuters).- El presidente de la Comisión Europea, José Manuel Barroso, instó a Alemania a hacer más para abordar los desequilibrios económicos en la zona euro mediante la apertura de su mercado de servicios y permitiendo que los sueldos suban a un mayor ritmo.
En un discurso en la Paulskirche (Iglesia de San Pablo) en Fráncfort, sede del primer Parlamento democráticamente electo en Alemania, Barroso dijo que el país tenía “tareas” pendientes para garantizar la estabilidad en el bloque de la moneda única, utilizando una de las palabras favoritas de Angela Merkel para presionar por reformas en el sur de Europa.
“El que las economías más fuertes paguen por las más débiles no es la respuesta”, dijo Barroso. “Lo que necesitamos, en contraste, es la corrección de los desequilibrios macroeconómicos existentes, especialmente en el área euro. Aquí es donde Alemania puede contribuir por sus propios legítimos intereses”, agregó.
Las palabras de Barroso fueron más suaves que las de Estados Unidos, que reprendió a Alemania la semana pasada por depender demasiado de las exportaciones, una situación que según dijo perjudicaba a la estabilidad económica en Europa y dañaba a la economía global.
Pero su mensaje fue similar. Sostuvo que el mercado único de Europa en su forma actual permite a Alemania que “aprovechar sus ventajas competitivas” en tecnología e industria.
“A su vez, Alemania podría hacer más para permitir también que otros aporten con sus activos respectivos, por ejemplo, mediante un acceso libre y sin obstáculos a los mercados de servicios de toda Europa, incluido el de Alemania, o mediante salarios en línea con la productividad”, declaró.
“De este modo, más mercados abiertos en las economías más fuertes serían una contribución muy importante a la recuperación de las economías más débiles”, agregó.
Alemania ha exportado más de lo que importa desde 1952, operando con un déficit comerciales sólo en los primeros años luego de la devastación económica dejada por la Segunda Guerra Mundial. Su superávit comercial es mayor en relación al de Francia, Estados Unidos y Reino Unido.
El superávit general de cuenta corriente de Alemania alcanzó un 6,9 por ciento del producto interno bruto (PIB) del año pasado, por sobre el umbral del 6 por ciento que la Comisión Europea de Barroso considera excesivo.