(Bloomberg) Los chinos ricos que hicieron de su país el segundo mayor mercado de diamantes del mundo ahora viajan cada vez más al exterior para adquirir estas piedras preciosas, en momentos en que las compras ostentosas son vistas con desaprobación en su país.
Esa es la opinión de Tiffany, una de las joyerías más grandes, y De Beers, el productor de diamantes más importante del mundo, que sostiene que las ventas de estas gemas se desaceleraron en China. Se pronostica que los ingresos por joyas de lujo en todo el mundo crecerán un 8 por ciento anual hasta 2018, según Paul Gait, analista de Sanford C. Bernstein Co. en Londres.
China ha sido el principal motor del crecimiento de la demanda en la industria de los diamantes. Se prevé que las ventas se duplicarán en la próxima década, según Bain Co., firma de capital riesgo. Ahora, los joyeros del país se enfrentan a una campaña anticorrupción que ya ha hecho mella en las ventas de artículos de lujo como el cognac de primera calidad y los relojes de alta gama.
“Los patrones de compra de los consumidores chinos están cambiando muy velozmente”, señaló Bruce Cleaver, responsable de estrategia y asuntos empresariales de De Beers, división de Anglo American Plc. “Viajan más y compran muchísimo más que antes fuera de China”.
Xi Jinping, que llegó a la presidencia de China en 2013, impulsa la campaña más rigurosa contra la corrupción desde la época de Mao Zedong y su principal objetivo son tanto las elites de alto nivel como quienes ocupan cargos de menos poder. El funcionario busca terminar con una cultura del soborno que, en su opinión, puede poner en peligro el crecimiento. Se prevé que la economía china tendrá una expansión del 7 por ciento este año, el ritmo más lento desde 1990.
Demasiado ostentosos
Las enérgicas medidas implementadas no “impiden que los maridos y las esposas se hagan regalos entre sí”, según Cleaver. En cambio, podrían tener un efecto de disuasión en aquellos “que no quieren ser vistos como demasiado ostentosos”, agregó. El resultado es “menos afluencia de público a nuestras tiendas de las ciudades de Primer Nivel”.
También podrían incidir otros factores. La debilidad del euro hace que las compras de vacaciones en lugares como París, donde De Beers tiene dos locales, sean mucho más atractivas, explicó.
Entretanto, Tiffany observa la misma tendencia, según Mark Aaron, vicepresidente de relaciones con los inversores.
“Seguimos percibiendo debilidad en Hong Kong y Macau porque creemos que algunos turistas chinos viajan y compran en otras regiones”, dijo Aaron en una llamada en conferencia con periodistas que tuvo lugar el miércoles.
“Los consumidores chinos que pueden permitirse viajar aprovechan la debilidad de la moneda para comprar en Europa, donde las cosas son más baratas”, declaró Cleaver el martes en una entrevista en Nueva York.