(Reuters).- Los reguladores chinos están recurriendo a Japón para extraer lecciones de su historia económica, decididos a evitar que la segunda mayor economía del mundo recorra el mismo camino de recesión y deflación que ha complicado a su vecino los últimos 20 años.
Beijing considera el manejo hecho por parte de Tokio de la liberalización de los flujos de capital y del yen hace unos 30 años como factores claves que condujeron al surgimiento y posterior explosión de la burbuja de activos a principios de los años 90, según fuentes del Gobierno japonés y otras en contacto directo con los reguladores chinos.
“No están interesados en los éxitos de Japón. Su principal interés son los errores de Japón”, dijo a Reuters una fuente establecida en China, que está en contacto directo con los reguladores chinos y pidió mantener el anonimato.
“Las economías de Japón y China comparten muchas similitudes, así que asumo que hay mucho que aprender de nuestras experiencias”, agregó.
Los responsables de las políticas chinas y los analistas de los centros de estudio del Gobierno ya conocen bastante bien las experiencias de Japón y otros países, y las fuentes aseguran que la comunicación de doble dirección tanto a nivel gubernamental como en el sector privado continuó pese al enfriamiento de los lazos diplomáticos por un reclamo territorial en 2012.
Pero ahora que el crecimiento económico se ralentiza y surgen señales de deflación, el interés chino ha subido mucho en torno a los detalles de las políticas japonesas, según las fuentes.
En una reunión parlamentaria anual que comenzó el jueves, China anunció un objetivo de crecimiento económico de alrededor del 7% para este año, inferior al 7.4% de 2014, que ya fue el más lento en 24 años.
China está llevando a cabo tres reformas financieras clave que Japón ya hizo en décadas pasadas: liberalización de las tasas de interés, internacionalización de su moneda y apertura de su cuenta de capital.
Estas reformas deberían ayudar a desarrollar la economía, pero los tropiezos podrían tener graves repercusiones.
Los responsables de las políticas chinas consideran el Acuerdo Plaza de 1985 entre Japón y las potencias occidentales, que permitió de hecho un yen más fuerte, y la apertura de la cuenta de capital durante los años 80 y 90, como hechos fundamentales para Tokio que acabaron generando las “dos décadas perdidas” de Japón, indicaron las fuentes.
“China ya está aplicando lecciones de la experiencia japonesa. Incluso aunque el crecimiento se esté desacelerando, los responsables de las políticas no están adoptando medidas que podrían aumentar los desequilibrios financieros. Es muy sabio de su parte”, comentó el miembro de la junta del Banco de Japón Takahide Kiuchi, en una rueda de prensa en Tokio el jueves.
China tiene otros retos que recuerdan al pasado de Japón.
El enfriamiento del mercado de la vivienda, junto a la desaceleración económica, está aumentando los temores de un rápido incremento de los créditos bancarios malos, así como más problemas para las finanzas gubernamentales.
Las fuentes dijeron que los reguladores han estado preguntando también cómo gestionó Japón las bancarrotas de los bancos, lo que podría ser una señal de que Beijing está preparando una probable consolidación en el fragmentado sector bancario una vez que se liberalicen las tasas de interés.