¿Potencial sobreestimado? Todos los países con frecuente intercambio comercial con China están pensando qué productos ofrecer además de materias primas, pero las oportunidades en el gigante asiático son limitadas, aseguró Carol Wise, docente de University of Southern California y asociada al Centro de Investigación del Universidad del Pacífico.
“Debemos esperar a que se consolide una clase media con poder de consumo para demandar más. Esto puede suceder en seis o siete años. Ahora observamos gente con hipoteca y auto, pero no cuentan con ingresos extras”, aseveró.
Según la investigadora, debemos tomar en cuenta que la clase alta china demanda principalmente bienes de lujo (joyas, accesorios y ropa de marca, etc), autos y tecnología (dispositivos originales). “Perú no tiene ventaja en estas categorías. Veo pocas posibilidades de diversificar las exportaciones en el mercado chino. No van a comprar lo que ustedes venden”, acotó.
“Chile y Perú deben buscar otra forma de diversificar sus exportaciones. Creo que tendrán más éxito exportando al mercado global o regional. Todo el mundo, por ejemplo, quiere comprar productos con algodón pima o baby alpaca, que los chinos importan pero de forma muy básica”, remarcó.
Para la economista, es muy probable que México, Brasil o Costa Rica, que vienen desarrollando un sector de maquila o ensamblaje de partes electrónicos con fábricas de Intel y otras multinacionales, puedan entrar a una red de producción con China; pero no es nuestro caso.
“Perú no solo tiene ventajas en textiles y calzado, sino en productos procesados como frutas. En los mercados más lujosos de EE.UU. encuentras chirimoya y maracuyá, pero los consumidores no las conocen. También pueden aprovechar la calidad de sus uvas produciendo vinos de calidad”, comentó.
La catedrática recomendó además exportar más productos agropecuarios con valor agregado en mermeladas o jugos. “Es necesario buscar nichos de forma más agresiva. Creo que Promperú lo está haciendo pero falta más”, sugirió.
Dentro del mercado regional, subrayó la economista, falta explotar el potencial de Brasil, donde la clase media está consolidándose. “Gracias a la carretera interoceánica, el intercambio viene creciendo rápido”, afirmó.
“Necesitamos demanda auténtica. Los chinos no van a comprar vino Ocucaje. Ellos quieren un vino francés de US$ 200 o más por botella. Compran bienes de alto lujo”, reiteró.
Oportunidad perdida
Otra oportunidad perdida sería la artesanía peruana, pues -según Wise- es frecuente que empresarios argentinos viajen a Ayacucho para comprar recuerdos y venderlos a un precio cinco o seis veces mayor en Buenos Aires.
“Los chinos no comprarán artesanía peruana, pero sí los argentinos y venezolanos, y se podrían vender en alguna boutique en Nueva York o Los Angeles. El problema es que no llegan. Es un nicho chiquito, pero el comercio comienza así”, anotó.