China ha anunciado recientemente su intención de impulsar un banco multilateral en Asia dotado con entre US$ 50,000 millones y US$ 100,000 millones, que abarcará desde el Golfo Pérsico hasta China con el objetivo de financiar infraestructuras.
Según Fernando Fernandez, profesor de IE Business School de Madrid, también se ha planteado en paralelo la creación de otro banco multilateral por parte de los BRICS, que reúne a Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica.
“Últimamente se habla mucho de bancos de desarrollo, China está cobrando un papel protagonista y parece que está firmemente decidida a crear alternativas a los existentes. Se ha anunciado recientemente la creación del banco de los BRICS y en los últimos días ha aparecido la noticia de un banco asiático de infraestructura”, dijo Fernandez en un video análisis.
En su opinión, el movimiento de China parece más enfocado a ganar peso en este tipo de instituciones, bien presionando para mayores cuotas en los actuales bancos o a través de la creación de otros nuevos en los que el país asiático tenga un papel principal.
“La respuesta o actitud de China de crear estas alternativas de banco de desarrollo surgen como consecuencia de su incapacidad o de su insuficiencia o su incomodidad con su falta de protagonismo en los organismos multilaterales tradicionales como el Banco Mundial, el Banco Asiático de Desarrollo, etc.”, explicó.
Fernandez agregó que el tema de los bancos de desarrollo es complejo pues son instituciones muy delicadas, “no son una banca pública, no se trata de crear actividad financiera al margen de los tipos de interés o al margen de la rentabilidad”.
“Tampoco son ONG y esto es muy importante resaltarlo y tampoco pueden ser un sustituto de los fondos soberanos, no son una manera de invertir los excedentes de tesorería o los excesos de reserva que determinados países tengan que hacer”, dijo.
Además, el profesor de IE Business School de Madrid afirmó que el objeto de un banco de desarrollo es promover el crecimiento económico pero debe de cumplir dos requisitos básicos: el principio de subsidiariedad y el principio de aditividad.
Por subsidiariedad –según dijo– se entiende que un banco de desarrollo no debe de hacer aquellas cosas que los bancos privados podrían hacer y por lo tanto no debería de financiar actividades que ya tienen financiación en el mercado de capitales internacional.
Y el principio de aditividad –agregó– es que cuando un banco de desarrollo interviene financiando una determinada actividad económica o productiva o social debe de hacerlo añadiendo un valor añadido diferencial que el sector privado no puede hacer.
“Estos dos principios en la práctica son muy difíciles de consagrar y los bancos tradicionales, el Banco Asiático de Desarrollo o el Banco Interamericano, han sido muy criticados. Es de esperar que la nueva iniciativa china no cree más bancos públicos indiscriminados sino que sirvan para poner en cuestión y replantearse el papel de los bancos de desarrollo”, concluyó.