China, fue por más de una década el gigante que jalaba al resto de economías en el mundo, pero ha empezado a perder fuerza en la búsqueda de un nuevo modelo de desarrollo, creciendo en el 2015 a su menor nivel en 25 años (6.9%) y todo indica que pasará algún tiempo hasta que vuelva a recuperar la energía de los buenos años.
El objetivo del gigante asiático es pasar de un modelo basado en las exportaciones, el bajo coste y el crecimiento por encima de todo a otro basado en el consumo interno y la innovación, pero organismos como el Fondo Monetario Internacional (FMI), prevén que en esa transición China seguirá desacelerándose y crecerá 6.3% este año y 6% el 2017.
“La situación en 2016 será más o menos similar a la de 2015 y el crecimiento de la economía china seguirá encarando una situación internacional complicada y volátil”, advirtió el propio director de la Oficina de Estadísticas de China, Wang Baoan.
Pero la debilidad del gigante asiático repercute de manera directa sobre la economía peruana, que tiene a China como principal destino de las exportaciones tradicionales. No por nada el ex ministro de economía Luis Castilla “prendía velitas a china todos los días para que no se caiga”.
En concreto, el economista de la Universidad del Pacífico, Jorge Gonzáles Izquierdo y el analista Senior de Estudios Económicos de Scotiabank, Pablo Nano identificaron los principales canales de transmisión por los que la economía peruana sentiría la debilidad del gigante.
Precio de los metales: La desaceleración de China ha generado una menor demanda de los metales industriales y por consecuencia presiones a la baja sobre sus precios, en especial del cobre que ya cotiza por debajo de los US$2 la libra.
Nano prevé que esta tendencia continuará al menos este año y el próximo, golpeando las exportaciones peruana por su alto componente minero y en consecuencia la balanza comercial del país.
Sin embargo, Gonzáles Izquierdo menciona que este golpe será amortiguado por la mayor oferta minera, debido a la entrada en producción de cuatro importantes proyectos: Toromocho, Constancia, Las Bambas y la ampliación de Cerro Verde.
Recaudación y déficit fiscal: La caída del precio de los metales también tiene efectos negativos sobre las utilidades de las empresas mineras en Perú, lo que según Nano, repercutirá en una menor recaudación fiscal y por tanto en un mayor déficit fiscal.
El Impuesto a la Renta cayó 16.3% en el 2015, el déficit fiscal llegó hasta 2.1% y según estimado del propio Ministerio de Economía se espera que este año bordee el 2.7%.
Menor demanda externa: La desaceleración china tiene un impacto en el menor crecimiento global y para el economista de la Universidad del Pacífico eso se traduce en una menor demanda externa de los productos peruanos, como textiles o agrícolas.
Volatilidad cambiaria: Las dudas sobre la fortaleza de China ocasiona inestabilidad en los mercados financieros (solo este año su mercado bursátil atravesó tres situaciones de pánico). Gonzáles Izquierdo prevé que esto repercutirá en una mayor volatilidad del tipo de cambio y en un mayor costo para conseguir recursos del extranjero.
Nuevos nichos de mercado: Por el lado positivo, el hecho de que China transite hacia un modelo de crecimiento basado en el consumo, según los economistas, abre nuevas oportunidades de exportación para el Perú, sobre todo en alimentos y bienes manufacturados.