(Reuters).- Chile se encuentra bien encaminado para transformarse en una potencia agroalimentaria y duplicar sus exportaciones hasta unos US$ 35,000 millones en un plazo de diez años, dijo a Reuters el ministro de Agricultura, Carlos Furche.
El funcionario aseguró que se han sumado factores que permiten ser optimistas sobre las posibilidades de desarrollo en el mediano y largo plazo en un sector liderado por los envíos de frutas, salmones y vinos.
“Hay una demanda por alimentos que está condenada a crecer (…) la demografía continúa expandiéndose, el ingreso sigue subiendo y las tendencias en el mundo en el consumo de alimentos se acercan cada vez más al perfil de lo que nosotros somos capaces de producir”, dijo el ministro en una entrevista.
En los últimos diez años, las exportaciones de alimentos se han triplicado en Chile para superar los US$ 16,000 millones en el 2014, lo que ha permitido al país sudamericano situar más de 50 productos en el “top ten” de su categoría.
Aunque el valor de los envíos disminuiría entre un 5.0 y 8.0% este año por un complejo escenario externo, la autoridad agrícola espera un repunte hasta los US$ 18,000 millones en 2016 por mayores envíos y mejores precios.
“Chile está dentro de los 15 mayores exportadores de alimentos del mundo y lo interesante es ver qué tan cerca o lejos estamos de nuestro máximo potencial y creo que todavía tenemos un largo camino que recorrer”, dijo Furche.
“Es realista (…) duplicar en los próximos diez años el valor de las exportaciones de alimentos y aproximarnos a una cifra de entre US$ 30,000 a US$ 35,000 millones”, agregó desde su oficina, donde destaca el libro “Chile, una despensa al sur del mundo”.
Cambio climático
Las tardías lluvias que ha dejado el fenómeno climático de “El Niño” en Chile tienen muy optimista a la agroindustria, porque garantiza una mejor temporada de riego frente a otros años.
Pero Furche recalcó que esto no significa que ha terminado la sequía -que ha golpeado al país en los últimos años-, más aún cuando los efectos del cambio climático y un manejo eficiente de los recursos hídricos figuran entre los principales desafíos para un sector con auspiciosas perspectivas de crecimiento.
“No podemos seguir mirando a la sequía como una emergencia, tenemos que incorporar esto como un dato estructural. Gradualmente en Chile llueve menos que antes. La exigencia de hoy es administrarlo de mucha mejor manera”, dijo Furche.
En el largo y angosto país se destinan 1.2 millones de hectáreas a riego agrícola, por lo que el Gobierno espera licitar ochos grandes embalses y dejar construidos o muy avanzados otros 25, especialmente en zonas donde la lluvia era intensiva pero que ha disminuido sustancialmente en los últimos años.
“Vemos gradualmente expandiendo hacia el sur del país la frontera de la inversión en recursos hídricos (…) en sectores que hace 15 años atrás nadie se imaginaba”, dijo Furche.
En el árido norte del país, en tanto, se evalúa la factibilidad económica de incorporar plantas de desalinización para destinar a procesos agrícolas, tal como lo hacen las mineras de cobre, la principal exportación del país.