(Reuters).- El Gobierno chileno realizó un conjunto de ajustes a su proyecto de reforma tributaria, tras una intensa negociación con la oposición, y espera que el nuevo régimen sea aprobado en los primeros días de septiembre, dijo hoy el ministro de Hacienda, Alberto Arenas.

El funcionario explicó que con los cambios introducidos se podrán recaudar unos US$ 8,300 millones, US$ 100 millones más que la idea original, para financiar profundos cambios a la educación y en la salud.

Tras el acuerdo con la oposición, el proyecto terminaría de ser discutido en agosto por el Senado.

“En los primeros 10 días de septiembre la Cámara de Diputados despachará el proyecto de reforma tributaria y por tanto podremos enviar el proyecto de ley de Presupuesto del sector público a fines de septiembre”, comentó Arenas a periodistas.

La reforma -equivalente a un 3.0% del Producto Interno Bruto (PIB)- contempla subir gradualmente el impuesto a las grandes empresas hasta un 27% desde un actual 20%. El proyecto consideraba originalmente un incremento de hasta un 25%.

Arenas detalló que entre los cambios se incluyó “eliminar el beneficio transitorio de depreciación instantánea para las grandes empresas” y se incorporarán programas para controlar la aplicación de los impuestos específicos a ciertos bienes gravados.

El proyecto contempla además que los dueños de las empresas tributen por la totalidad de las utilidades de sus firmas y no sólo sobre las que retiran. Esto implica el término del llamado fondo de utilidades tributables (FUT).

Arenas dijo que se incluyó “la creación de una ventana por un año, es decir en el 2015 por 12 meses, que permitirá anticipar el pago de impuestos por las utilidades acumuladas en el FUT histórico a una tasa especial”.

En tanto, las zonas extremas y especiales mantendrán sus beneficios tributarios diferenciados.