Ni contribuyen a diversificar la economía ni funcionan en la práctica como una liberización del mercado. “Los Tratados de Libre Comercio (TLC) no acabaron con las verdaderas restricciones comerciales. Hoy existe un proteccionismo monstruoso”, advirtió Mario Tello, investigador de Centrum Católica.
“Las restricciones del comercio -explicó- no son los aranceles, sino las barreras no arancelarias: los reglamentos técnicos. Son especificaciones que cada país exige cumplir para que un producto importado ingrese a su mercado. Eso persiste en todos los TLC, porque simplemente no se toca”.
Algunas de las barreras no arancelarias son las requisitos fitosanitarios y ambientales, así como las cuotas de importación y los derechos antidumping.
“Desde el año 1994, los aranceles han caído y las barreras no arancelarias han subido -explicó Tello-. Lo único que tenemos es un mundo que ha sustituido el grado de proteccionismo. Ahora es mucho más inteligente. Y lo peor de todo es que las barreras no arancelarias es prohibitiva. Entonces, cada país aplica su norma técnica de acuerdo a si le conviene o no que ingrese un producto”.
El Perú no escapa a esta tendencia. Tello recordó que el Indecopi acaba de iniciar una investigación de oficio para implantar derechos antidumping a los productos textileros de China. “¿Qué significa de oficio? Que ninguna empresa se ha quejado, ellos simplemente quieren poner medidas antidumping. Eso, en esencia, es una medida de protección”.
Ratifica el modelo
El investigador de Centrum Católica opinó que los TLC refuerzan el modelo económico basado en la exportación de materias primas, contrario al discurso que dicta el Gobierno. Para Tello, la economía necesita un cambio estructural, que se concentre en la industrialización y los servicios intensivos en conocimientos y capital humano (Lea la nota sobre su propuesta).
“Del total de exportaciones, el porcentaje de productos primarios está aumentando y los envíos de productos manufacturados están cayendo. El 60% ó 70% son primarios, dependiendo el año. Y en los últimos años, con el boom de los precios de los minerales, aumentó más todavía”, anotó.
Su conclusión no podía ser más tajante: “Los TLC no sirven absolutamente para nada. Lo único que hacen es reforzar el modelo. Y las señales del mercado te siguen diciendo que produzcan productos intensivos en recursos naturales”.