“Nadie ha explicado hasta ahora con detalle los grandes lineamientos de la reforma de salud”. Con esta advertencia comenzó su análisis el investigador de Centrum Católica, Juan Arroyo, quien agregó que solo se conoce un aspecto: “el de las remuneraciones a los médicos, y a propósito de la huelga”. Y allí no hay novedad, porque es una repetición de políticas pasadas.
Lo importante no lo sabemos: “El modelo general de la reforma. Y mientras no tengamos eso con un dispositivo jurídico, habrá polarización, porque todo cambio genera resistencia. Aunque el énfasis estaría en la atención primaria, que es lo que está mayoritariamente en la cabeza de los profesionales del sector salud”. Es decir, el mismo modelo de siempre.
Según Arroyo, el Perú es el único país que no ha emprendido una reforma de salud en América Latina. Y eso se refleja en la realidad: “La población está sacando de su bolsillo para irse directamente a las farmacias, que representan el 22% de la atención. Es más grande la consulta en farmacias que en el Ministerio de Salud y EsSalud. La gente ya no va a la consulta y después a comprar, sino de frente a consultar. Y hay farmacias que están poniendo horario de consulta médica”.
Este se da porque “hay un decaimiento de la calidad del servicio y una inmigración de los pacientes hacia el sector privado, las farmacias y el Sistema Metropolitano de la Solidaridad (SISOL)”. Arroyo recurre a la Encuesta de Hogares del INEI para explicarlo: “Más del 50% de la población acude a servicios de salud en el año. No es que antes no había enfermos, sino que no había dinero para la consulta. Por eso ahora hay más demanda de servicios. Y como el tiempo ahora es más caro porque hay más posibilidades económicas, la gente prefiere irse a SISOL o a farmacias. Los que van al Minsa o EsSalud es porque ya no tienen otra alternativa”.
¿Cómo se explica esta situación en un país laureado por su crecimiento económico? “La agencia Fitch Ratings nos elevó la calificación crediticia a BBB+. Pero debemos buscar un ranking de desarrollo humano o social. Así veríamos que en el Perú la economía crece a expensas de la salud”, advirtió Arroyo.
Mencionó que el Perú asigna al sector salud el presupuesto público más bajo de la región. “Estamos en una etapa que tenemos que incentivar el crecimiento y no gravar a las empresas. El Perú tiene un impuesto a la renta de 31%, muy superior a otros países. Chile tiene 17%. Entonces, en una etapa que estamos disminuyendo a 5.5%, del presupuesto publico se debe destinar más a salud, que estamos al último de la región”.