Yo coincido en que hay un problema comunicacional. Por ejemplo, el país vio que el Ejecutivo pidió facultades legislativas y que se las dieron, pero no queda claro qué se hizo con ellas. Como las medidas han ido saliendo de a pocos, su impacto se pierde. No toda la gente entiende, ni tiene tiempo para dar un seguimiento detallado a las acciones.
Por otro lado, ustedes tienen la enorme ventaja de que generan confianza y comparado con el Gobierno que salió, son percibidos por los inversionistas como un cambio favorable. Eso es algo que deberían capitalizar. Yo entiendo la preocupación de los expertos y de la gente por el corto plazo, pero estoy de acuerdo con el ministro en que es mejor no gastar a gastar mal porque debemos preocuparnos por el crecimiento a largo plazo.
Sin embargo, dicho eso, la desaceleración de la demanda interna es fuerte. El gran reto de la política macro es cómo reactivamos la demanda de una manera que contribuya al crecimiento de largo plazo.
El problema con respecto a las expectativas y el manejo de la política económica también está ligado a lo político. Muchos hemos visto con preocupación la falta de comunicación con la oposición. No es que requieran de su apoyo para implementar su programa sino para generar un mejor clima de inversión.
De otro lado, ¿cómo formalizar? Sobre eso, ha habido una especie de ‘mutis’. Tal vez porque las restricciones políticas no les dan mayor margen de maniobra. El reto del gobierno es enfrentar esas restricciones políticas de una mejor manera.