La Comisión Central de Inspección de Disciplina (CCDI, por su sigla en inglés) dijo en un comunicado que el dinero utilizado en reuniones, viajes de funcionarios al exterior y compras de vehículos cayeron 53%, 39% y 10% respectivamente respecto a 2012.
China, presidida por Xi Jinping, ha publicado los esfuerzos por disminuir los gastos onerosos y corrupción en el Gobierno para apuntalar su mandato, que ha sido sacudido por las sospechas de que algunos funcionarios gastan el dinero de los contribuyentes en extravagancias, mientras el crecimiento económico se desacelera.
El sábado el principal funcionario anticorrupción, Wang Qishan , pidió esfuerzos para innovar la inspección disciplinaria y volverla “la espada de Damócles” sobre la cabeza de los funcionarios, dijo la agencia oficial de noticias Xinhua.
La comisión se prepara para investigar varias agencias gubernamentales este año, entre ellas el Ministerio de Ciencia y Tecnología, la Universidad Fudan en Shanghái, la estatal Corporación Nacional China de Cereales, Aceites y Alimentos (COFCO, por su sigla en inglés), además de otros gobiernos regionales que incluyen a la ciudad de Pekín, dijo Xinhua.
Wang pidió a los inspectores mantener una “mente sobria” ya que la situación del país en la lucha contra la corrupción se mantiene “grave y complicada”, agregó la agencia.
También instó a los inspectores a cumplir sus labores con seriedad, agregando que quienes “hagan la vista gorda a las violaciones serán juzgados”.
Wang no mencionó casos específicos, como el del exjefe de seguridad interna Zhou Yongkang, quien sería blanco de una investigación por corrupción, según informes dados a Reuters por algunas fuentes.
El Gobierno todavía no hace anuncios sobre Zhou, aunque Pekín ha confirmado la caída de varios de sus aliados, entre ellos Jiang Jiemin, que por un corto lapso fue el máximo regulador de las empresas estatales, y el exviceministro de Seguridad Pública Li Dongsheng.
Las medidas han afectado los negocios de varios restaurantes y hoteles de lujo, en particular en Pekín, y también generaron preocupación sobre un declive en las compras de flotas de vehículos gubernamentales que podría reducir los ingresos de los fabricantes de vehículos de lujo.