(Bloomberg).- Teodomiro Melendres Ojeda, un productor de café orgánico de Cajamarca en Perú, se encuentra en una encrucijada. Ninguno de los dos caminos es atractivo.
La roya ha devastado alrededor de la tercera parte de su cosecha. Melendres, que tiene 48 años, puede usar productos químicos para eliminar el hongo, pero corre el riesgo de perder su certificación orgánica y la prima de precio de 10% que ésta conlleva. La otra opción es preservar la certificación y ver cómo mueren sus plantas.
“Los productores de café vivimos entre la espada y la pared”, dijo Melendres.
El calentamiento global ha favorecido el hongo y le ha permitido prosperar a altitudes que antes le resultaban inhóspitas. El peor brote mundial en 30 años se ha traducido en menores rendimientos, ingresos más bajos y despidos de trabajadores desde Perú hasta México. Los productos orgánicos enfrentan pérdidas adicionales conforme buscan formas de salvar su medio de vida al tiempo que evitan las soluciones químicas.
La roya trepa a mayores altitudes en toda América Latina. En Guatemala, por ejemplo, el hongo sólo prosperaba antes hasta los 914 metros (3,000 pies) sobre el nivel del mar, dijo Nils Leporowski, presidente de la Asociación Nacional del Café, Anacafé. Ahora se la puede encontrar hasta a 1,830 metros (6,000 pies), agregó.
La menor producción ha dejado a 437,000 empleados del sector cafetero sin trabajo en América Latina desde 2012, según la fundación de investigaciones Promecafé, que tiene sede en Ciudad de Guatemala.
Crecimiento más lento
El crecimiento del consumo de café orgánico envasado en los Estados Unidos se ha desacelerado, según datos de miembros de la Asociación de Comercio Orgánico (OTA, por la sigla en inglés), que tiene sede en Brattleboro, Vermont.
Las ventas en los Estados Unidos aumentaron el año pasado 7% respecto de 2012, a US$ 349 millones, un incremento muy inferior al 30% generado de 2011 a 2012, dijo la asociación. El ritmo de crecimiento seguirá declinando este año como consecuencia del hongo y los precios podrían subir a medida que disminuyen las reservas, añadió.
Otros datos dan cuenta de un aumento en los Estados Unidos de más de cuatro veces de las ventas de porciones individuales de café orgánico, del tipo que comercializa Keurig Green Mountain Inc., de Waterbury, Vermont, que llegaron a US$ 3,580 millones en 2013, en comparación con US$ 823 millones en 2009, según StudyLogic, una compañía de análisis de Cedarhurst, Nueva York.
Para obtener una certificación orgánica en los Estados Unidos, los granos deben cultivarse sin plaguicidas sintéticos ni otro tipo de sustancias prohibidas durante tres años y con un plan sostenible de rotación de cultivos que controle plagas y evite la erosión y el agotamiento de los nutrientes del suelo, según la Asociación de Comercio Orgánico.
La enfermedad, que se detectó por primera vez en América Latina en la década de 1970, es provocada por el hongo Hemileia vastatrix, que interrumpe la fotosíntesis e impide que los granos alcancen una completa madurez.
Para eliminarla, los productores orgánicos podrían utilizar el mismo fungicida con base de cobre que usan los agricultores convencionales, dijo Nate Lewis, de Galvin, Washington, un especialista de la asociación en cultivos y ganado.