El Perú viene avanzando por el camino de la modernidad y el sector agrario se ha convertido en un potente propulsor de este desarrollo. La pobreza, que aún continúa siendo un freno para el desarrollo nacional, está siendo enfrentada directamente por oportunidades que viene ofreciendo la agricultura moderna peruana, agricultura tecnificada y basada en principios de apertura y competitividad.
Es de conocimiento general que el sector agroindustrial viene liderando el crecimiento de las exportaciones no tradicionales del Perú, y dentro de ellas el subsector de frutas y hortalizas frescas, pero también procesadas, cuya producción se la identifica dentro de esa agricultura moderna, a la que el Perú apuesta.
La producción agrícola de exportación tradicional (US$ 4,122 millones en el 2012) liderada por el café (US$ 1,016 millones), principal producto agrícola de exportación peruana, se ha visto seriamente afectada por la roya amarilla y la volatilidad de los precios. Los logros alcanzados en la calidad de este producto, que incluso se exporta a Colombia y que gana premios de calidad en sofisticados mercados, se ha visto contrarrestados por la fuerte incidencia de esa enfermedad, y que habiendo devastado más de 100,000 hectáreas en diversos valles del país, ha hecho evidente las fallas de un sistema productivo que requiere, a todas luces, mejorar.
Por otro lado, la agroexportación no tradicional, acostumbrada en años recientes a crecer a pasos acelerados (19.1%, 2000/2012), ha resentido también de la debilidad de los mercados internacionales, cuyo consumo y demanda ha sido menor, y ha registrado un crecimiento moderado – a setiembre, de cerca del 5% en términos globales – que ha hecho notar comportamientos diferenciados en la producción de exportación de nuestro país. Sin embargo, a octubre del 2013 el crecimiento de la agroexportación no tradicional viene siendo liderado principalmente por los productos hortofrutícolas frescos (crecimiento 18% en valor, con US$ 940 millones, 11% en peso, con 651,000 toneladas,) y que incluso en mercados externos “en crisis” han logrado crecer.
En la última década la agricultura moderna ha mostrado un dinamismo espectacular con un crecimiento tres veces superior a la agricultura tradicional, impulsando adicionalmente la articulación de la pequeña y mediana agricultura con el sistema productivo nacional y generando conocidos conglomerados económicos en provincias como Ica, La Libertad y Piura. En estas zonas el 75% de establecimientos comerciales han arrancado operaciones durante el boom agroexportador. Igualmente se estima que la producción agraria del país ha creado 1.4 millones de puestos de trabajo en estos últimos 10 años, lo que implica 2.3 millones de nuevos empleos en la economía peruana, si se incluyen los empleos indirectos generados.
Los trabajadores agrícolas, por su lado, mejoraron sus ingresos y nivel de vida, de tal forma que la tasa de pobreza, se estima, se ha reducido en 15 puntos porcentuales, incluyendo también la pobreza extrema. Sin embargo, subsiste un elevado nivel (90%) de informalidad que prevalece principalmente en la agricultura tradicional y que afecta notoriamente la capacidad de un desarrollo sano de este sector productivo y que resulta necesario encarar.
Así, la producción agraria moderna, en el rubro de frescos, destaca notoriamente y no solamente está proporcionando una positiva imagen del país en el exterior, sino mayores ingresos al país, por efecto de las exportaciones y correspondientes crecientes inversiones. Resulta, sin embargo, destacar que esta agricultura se retroalimenta para ampliar su base productiva, propiciando el desarrollo rural, la creación de empleo, la diversificación productiva, la inclusión, una mayor responsabilidad social, educación y con todo ello, la modernización de nuestro país y su avance en una mejor calidad de vida para su población.
Los espárragos, las paltas, las uvas, los mangos, los cítricos, los bananos, las granadas, no son un espejismo, son una realidad concreta que viene impulsando el desarrollo económico y social del Perú y que tiene aún gran espacio por avanzar. El Perú como país agroexportador es en muchas frutas y hortalizas una potencia mundial, estando entre los top 5 y compitiendo con países como Estados Unidos, México, Sudáfrica, Australia, Chile y España.
Mucho lo hemos hecho los empresarios, por convencimiento propio y por oportunidad de negocios, como también nos han apoyado las normas promotoras dadas por el Estado, como es la Ley de Promoción Agraria, la negociación e implementación de los tratados de libre comercio, el control sanitario y el desarrollo de protocolos fitosanitarios con los países con los que tenemos TLC. Ello, sin embargo, no es suficiente y queda mucho que hacer, que corregir, que emprender, tanto en el “qué hacer” del sector público, como en lo que respecta a la responsabilidad e iniciativa de los empresarios que creemos en nuestro país y que necesitamos mantener la confianza en nuestro desarrollo nacional.
Saldrán al mercado en los próximos 10 años más de 200,000 hectáreas de nuevas tierras disponibles para la producción a través de nuevos proyectos de irrigación, que requieren necesariamente de la inversión privada, y estamos dispuestos a enfrentar los retos que se nos vienen por delante. Buscamos trabajar de la mano coordinadamente con el Estado y nuestros legisladores, y buscamos también su confianza en peruanos emprendedores que tienen una visión de sano futuro y creciente desarrollo para toda nuestra sociedad.