La nueva estrategia de China para intensificar conexiones con el mundo entero se conoce popularmente como La Nueva Ruta de la Seda . Comenzó en 2013, cuando el presidente Xi Jinping habló sobre la necesidad de mejorar la conectividad entre los tres continentes Asia, África y Europa. Luego, esta idea se concretó en un macroproyecto llamado “Iniciativa dela Franja y la Ruta” (BRI, por sus siglas en inglés). La franja daba significado a las conexiones terrestres y La ruta, a las marítimas.
“La Iniciativa de la Franja y la Ruta responde a una tendencia de la época aunque es una iniciativa china, beneficia a todo el mundo”, dijo el viceprimer ministro, Zhang Gaoli en una audiencia en el Gran Palacio del Pueblo de Beijing, informó el diario “El Mercurio”. Este proyecto será implementado por Zhang y los fondos disponibles llegan a casi un billón de dólares. Estos serán invertidos en una red de seis corredores hacia el oeste y sureste, que consisten en carreteras, líneas férreas, puertos, redes digitales, oleoductos y gasoductos, y todo lo que quede entre Eurasia y África, señaló.
Además, explicó que la BRI es un programa que ya está en marcha, donde hay 69 países y organismos involucrados, desde Singapur a Siria. Todos pueden integrarse, no hay requisitos. Estimaciones oficiales recogidas por el diario chileno indican que todo el proyecto cubre 65% de la población mundial , tres cuartos de los recursos energéticos globales y 40% del PBI.
Se han creado 97 zonas de cooperación económica en más de 20 países. Esto supone una inversión de US$ 18,500 millones por parte de China, más de US$ 3,000 millones en recaudaciones impositivas en las naciones beneficiadas y unos 200,000 puestos de trabajo. Además, está planeado invertir cerca de US$ 55,000 millones en los próximos años.
Continuando con las cifras, existen 40 compañías comprometidas en 1,600 proyectos de infraestructura, energía y construcción de parques industriales. Las empresas estatales chinas se han convertido en el pilar de la BRI y tienen una misión nacional. No obstante, no son las únicas interesadas. Las compañías privadas como Wanda, Alibaba o Huawei también son parte del proyecto.
Apertura económica
Hay una lógica detrás de la transformación de China y su apertura económica. Si bien China es el país que más relaciones fronterizas tiene en el mundo, a la vez está convertido en el principal socio comercial de más de 120 naciones del mundo.
“Pero, además, la BRI sirve para desahogar a la economía china. Exporta inversión, canaliza el exceso de productividad y ayuda a la industria de la construcción que prácticamente colmó la capacidad local. También se reorienta a la enorme cantidad de reservas internacionales, de modo que los activos chinos se empiezan a trasladar de bonos del tesoro estadounidense, de valor fluctuante, a proyectos de infraestructura concretos”, afirma “El Mercurio”.
Y no solo eso. Con la BRI, el desarrollo de China se equilibra. Casi todas las provincias están involucradas en la construcción de centros logísticos y exposiciones culturales. En los últimos 30 años, al desarrollo se había concentrado en el oeste y el sur.
Opción frente al proteccionismo
El siempre polémico liderazgo de Donald Trump ha abierto vacíos de poder a otras potencias en distintos ámbitos. “En Pakistán un ambivalente socio de Washington contra el terrorismo, China empezó ya a invertir parte de unos US$ 46,000 millones que costará el corredor de Kashgar con Gwandar (puerto en el Índico, que permite rodear a India) frente a los US$ 33,000 millones que ha gastado EE.UU. desde 2002 (la mayor parte para asuntos militares), según la revista Time”, señala “El Mercurio”.
Ante la falta de una opción clara para seguir en la línea de la globalización, China ofrece algo tan tangible como su infraestructura para conectar países y culturas. Eso es liderazgo, y EE.UU. no se está dando cuenta del gran atractivo que tiene la BRI en el mundo.
Según el presidente chino, la filosofía detrás de este macroproyecto es “la cooperación amplia” y la creación “de una comunidad de destino común” que requerirá una tarea ardua y paciencia ante los desafíos y dificultades que vendrán, indica el diario. “Porque la potencia asiática, y en especial al Presidente, que renueva su mandato en octubre por cinco años más, se están jugando mucho en la BRI”, añade.
La BRI se ha convertido en la opción más clara para no dejar caer la globalización, sobre todo tras el fin del superciclo de los commodities a precios altos e iniciativas neoproteccionistas como abandonar el TPP y llevar a cabo el Brexit. “Solo con apertura puede haber desarrollo. No se puede ir por la vía del proteccionismo”, advirtió el viceprimer ministro Zhang.
Con todo esto, Oriente está ofreciendo al mundo lo que Occidente no puede ni quiere ofrecer, si es que hablamos del mercado como la fuerza más poderosa del mundo. Es así que la Ruta de la Seda puede marcar el inicio de un nuevo orden mundial con Asia y China liderándolo.