(Bloomberg).- Latinoamérica está lista para hacer negocios. La cuestión es si también lo estarán los Estados Unidos de Donald Trump.
Los llamados del presidente estadounidense a recortar impuestos, eliminar normas y aumentar el gasto en infraestructura podrían impulsar el crecimiento económico y fortalecer el dólar, según Matías Eliaschev, el máximo ejecutivo de Lazard Ltd. para América Latina.
A su vez, esto volvería más atractivos los precios de los activos latinoamericanos en Estados Unidos, la economía más grande del mundo.
“Anticipamos más flujos de fusiones y adquisiciones del Norte al Sur”, dijo Eliaschev. Siempre y cuando Estados Unidos cumpla las promesas de Trump.
La agenda legislativa de la administración de Trump se estancó ante la turbulencia política, agravada esta semana con el nombramiento de un fiscal especial para investigar los intentos de Rusia de influir en las elecciones del 2016. Además, algunas de las propuestas de Trump —como aranceles a la importación— podrían enfriar el comercio.
“Debemos tener en cuenta que todavía existe una fuerte incertidumbre respecto a algunos de esos cambios en la política”, dice Eliaschev, que vive en Buenos Aires, en una entrevista. “La implementación de políticas comerciales proteccionistas y un ambiente con tasas de interés más altas podrían afectar negativamente a la región”.
Sin embargo, la perspectiva para las fusiones y adquisiciones en Latinoamérica se mantiene fuerte, dijo. Las transacciones serán impulsadas por el ritmo de recuperación económica y los acontecimientos políticos en Brasil, la evolución de las relaciones entre Estados Unidos y México y las nuevas políticas proempresariales de Argentina, según Eliaschev. La región tiene US$ 6,800 millones en transacciones propuestas este año, según datos compilados por Bloomberg.
Brasil y México
El miércoles, Brasil sumó incertidumbre a las perspectivas de crecimiento con su propia crisis política en curso, ante la noticia de que el presidente Michel Temer estaba involucrado en un supuesto esquema de encubrimiento con el expresidente de la Cámara Baja del Congreso, que hoy está en la cárcel.
Las acusaciones marcan un nuevo capítulo de la Operación Lava Jato, una investigación sobre corrupción que lleva tres años e implicó a muchos miembros de la élite empresarial y política brasileña, incluyendo a algunos miembros del Gobierno y el partido del propio presidente. Temer rechazó categóricamente las acusaciones en un discurso pronunciado el jueves e insistió en que no renunciará.
Aunque las relaciones comerciales entre México y Estados Unidos dependen en gran parte de Trump y la renegociación del Tratado de Libre Comercio de América del Norte, Lazard anticipa que México haga más transacciones con sus vecinos en América Central y del Sur.
Los grandes conglomerados mexicanos podrían tratar de hacer compras en otros países latinoamericanos, dijo Eliaschev, “como forma de contrarrestar la desaceleración de la economía local y los posibles efectos de las políticas proteccionistas implementadas por la administración de Trump”.
Argentina
En Argentina, cuyo presidente, Mauricio Macri, impulsó la implementación de políticas proempresariales, Lazard anticipa que sigan los niveles elevados de actividad estratégica en finanzas, energía, infraestructura y agronegocios.
La implementación exitosa de una amnistía fiscal que produjo US$117.000 millones en activos no declarados y una nueva ley de mercados de capitales, cuya sanción por el Congreso se espera para 2017, deberían hacer de catalizadores de un crecimiento y una consolidación veloces de las empresas de administración de activos y fortunas privadas.
“Podríamos observar un crecimiento en las fusiones y adquisiciones dentro del país a medida que multinacionales y empresas internacionales de capital privado se vayan adaptando al clima político y la sostenibilidad de la agenda económica de Macri”, dijo.