La economía peruana ha empezado a recuperar cierto dinamismo en los últimos meses, básicamente por una mayor producción de cobre, pero los flujos de inversión hacia el país literalmente se han desplomado y las expectativas no son alentadoras en el corto plazo.
El Banco Central de Reserva (BCR) proyecta en su Reporte de Inflación de marzo que la inversión extranjera directa hacia el país se contraerá 32.6% este año y sumaría US$4,625 millones, el nivel más bajo desde el 2006 cuando llegó a US$3,467 millones.
La caída que ha venido experimentando la inversión directa extranjera se explica básicamente por los menores flujos hacia el sector minero en momentos en que el derrumbe de los precios de los metales ha restado brillo y rentabilidad a esta actividad.
Reinversión de utilidades
El economista de la Universidad del Pacífico, Jorge Gonzáles Izquierdo explicó que más del 50% de la inversión extranjera es reinversión de utilidades de las empresas que ya operan en el país y ante una coyuntura de desaceleración las firmas limitan estas operaciones.
“Entonces el principal factor que explica la contracción de la inversión extranjera es eso, que las empresas que operan acá, no están con deseo de reinvertir tanto en este momento”, sostuvo.
La campaña electoral también ha impactado en esta proyección de menor inversión. El economista menciona que las empresas están atentas a la postura que tenga el nuevo presidente del país en cuanto a la actividad minera.
“Más que la campaña, es el tema de saber si quien gane va a tener los pantalones para cumplir con los proyectos de inversión, eso definitivamente aguanta el tema de reinversión de utilidades en el sector”, comentó.
Perspectivas sombrías
La inversión extranjera directa mantiene una tendencia descendente desde el 2013 de la mano con la caída de los precios de los metales. ¿Pero qué se debería esperar para los siguientes tres años ante un mercado externo aún lleno de incertidumbre?
La expectativa de los agentes económicos es que el flujo de inversión extranjera directa mantenga una tendencia negativa al menos durante los próximos tres años y se encontrará en un rango de entre US$ 4,500 millones y US$ 5,000 millones, dado que los precios de los commodities seguirán débiles en el mediano plazo.
Además, en el corto plazo no se observan grandes proyectos mineros que representen un fuerte receptor de inversiones como Las Bambas o la ampliación de Cerro Verde, que ya entran en producción.