Fráncfort (Reuters).- El Banco Central Europeo (BCE) lanzó hoy una serie de medidas para combatir los bajos niveles de inflación e impulsar la economía de la zona euro a través de recortes de tasas, tipos de interés negativos a los depósitos a un día y nuevos fondos para los bancos.
El BCE recortó sus principales tasas a mínimos históricos en un intento por combatir el riesgo de tener una deflación como la de Japón y reducir la tasa cambiaria del euro.
La entidad redujo la tasa de depósitos a 0.10%, recortó la principal tasa de refinanciamiento a 0.15% y bajó la tasa marginal de crédito, o tasa de préstamos de emergencia, a un 0.40%.
Eso significa que por primera vez el BCE cobrará a los bancos un 0.10% por dejar fondos inmovilizados por un día.
El banco no implementó compras de activos a gran escala, conocidas como alivio cuantitativo, por ahora, pero el presidente del BCE, Mario Draghi, dijo que se aplicarán más acciones si fuera necesario.
Draghi delineó un plan de US$ 544,860 millones a cuatro años, dando un incentivo para otorgar préstamos a empresas en la zona euro a bancos que habían estado conteniendo sus créditos debido a inminentes pruebas de solvencia.
“Ahora estamos en un mundo completamente distinto”, declaró Draghi en una conferencia de prensa, citando la “baja inflación, una débil recuperación y débiles dinámicas monetarias y de crédito”.
El paquete, adoptado por unanimidad por el consejo del BCE, apunta a aumentar el crédito a la “economía real”, afirmó.
Otras medidas incluyen extender la duración de la liquidez barata ilimitada para bancos de la zona euro, inyectar alrededor de US$ 231,576 millones deteniendo subastas que retiraban fondos gastados en compras de bonos gubernamentales pasadas y preparar posibles compras de valores respaldados por activos.
Las proyecciones publicadas por el BCE mostraron que la inflación sería de sólo un 0.7% este año, de un 1.1% en el 2015 y de un 1.4% en el 2016, una revisión a la baja y muy por debajo de la meta del BCE de menos, pero cerca de un 2%.
“Si la situación lo requiriese, actuaremos rápidamente con nuevas medidas de flexibilización monetaria”, declaró Draghi.
Agregó que el consejo encargado de la política monetaria fue unánime en su compromiso para usar instrumentos no convencionales, si fuera necesario, “para abordar más riesgos de un período de baja inflación demasiado prolongado”.
Francia festeja y Alemania guarda silencio
Los mercados financieros recibieron con beneplácito las medidas del BCE, pese a que la mayoría de ellas eran esperadas desde hacía semanas.
El euro se debilitó a 1.3505 dólares, un mínimo nivel en cuatro meses, tras los comentarios de Draghi. Las acciones europeas subían y los rendimientos de bonos gubernamentales de países atribulados de la zona euro caían.
El presidente de Francia, Francois Hollande, dio la bienvenida a la decisión. Hollande había estado pidiendo desde hacía meses una acción del BCE para debilitar la tasa cambiaria del euro, que París dice que está conteniendo a la recuperación económica.
La canciller alemana, Angela Merkel, declinó a comentar y observó que el BCE adopta sus decisiones independientemente de los gobiernos, mientras que su ministro de Finanzas, Wolfgang Schaeuble, afirmó que las tasas de interés bajas no son una solución a largo plazo.
Las tasas bajas son impopulares en Alemania, la mayor economía de Europa, porque este país considera que penalizan el ahorro.
El economista conservador alemán Hans-Werner Sinn, del Instituto Ifo, dijo que las medidas del BCE parecen desesperadas y que no darán resultado.
“Este es un intento desesperado, con dinero aún más barato y tasas de penalidad sobre depósitos, para cambiar los flujos de capital hacia el sur de Europa con el fin de estimular al crecimiento allí”, sostuvo.
Draghi afirmó que las tasas de interés permanecerán bajas por un período prolongado de tiempo, pero tras el recorte del jueves omitió una línea regular previa de que podrían bajar más.
Al ser consultado sobre cuánto tardarían las nuevas medidas en tener un efecto en la economía, dijo: “Más probablemente, veremos efectos inmediatos en los mercados de dinero y veremos efectos rezagados en la economía real atribuibles a este programa (…) Probablemente tomará tres o cuatro trimestres”.
La inflación en la zona euro ha estado estancada en lo que Draghi ha llamado “la zona de peligro” debajo de un 1 por ciento desde octubre del 2013, principalmente debido a precios más débiles de las materias primas y de los alimentos, pero también por ajustes de salarios y otros factores en países en crisis.
La mayor tasa cambiaria del euro exacerba esa dinámica.