(Bloomberg).- El panorama relativo a la inflación en la eurozona se deterioró en febrero, aumentando las malas noticias que deben digerir los decidores de la política apenas una semana antes de su próxima reunión.
Los precios al consumidor en el bloque de 19 países cayeron hasta menos 0.2% desde un indicador positivo de 0.3% en enero, según datos publicados el lunes. La inflación subyacente, que excluye elementos volátiles como los alimentos y la energía, se ubicó en 0.7%, por debajo del 1% del mes anterior. Se trata de los peores indicadores desde febrero y abril del año pasado, respectivamente.
El telón de fondo deteriorado para la inflación surge poco más de una semana antes de que los decidores de la política del BCE encabezados por el presidente, Mario Draghi, se reúnan en Fráncfort para un encuentro en el cual han dicho que revisarán si su estímulo actual es suficiente. El crecimiento de los precios lleva tres años sin alcanzar la meta del banco central de apenas por debajo de 2% en medio de una caída de los precios del petróleo, lo cual impulsa a la entidad a adoptar en respuesta una acción cada vez más enérgica.
“No solo la inflación general sino la inflación subyacente es mucho más baja de lo que viene proyectando el BCE –no se debe solo a la energía, es un problema más amplio que refleja efectos de segunda ronda y una demanda floja”, dijo Nick Kounis, responsable de investigación macro en ABN Amor Bank NV en Ámsterdam. “Esto dará al BCE energía extra para producir una flexibilización más agresiva de lo esperado en su reunión de marzo”.
Ambos indicadores de la inflación fueron más flojos de lo que habían pronosticado los economistas. Se proyectaba que la tasa principal llegaría a cero, en tanto se suponía que la tasa subyacente caería hasta 0.9%.
El euro cayó hasta US$ 1.0897 después del informe, un 0.3% más bajo en la jornada. Se negociaba a US$ 1.0906 a las 11:42 horas en Fráncfort.
Datos decepcionantes.
“Si observamos a Europa en este momento, el peligro que enfrentamos sin ninguna duda es la deflación, no la inflación”, dijo François Villeroy de Galhau, miembro del Consejo de Gobierno del BCE, en una entrevista publicada el domingo. “Si los precios bajos de la energía tienen efectos sostenibles a largo plazo, debemos actuar. Parece ser así, pero veremos en marzo”.
La cifra para toda la eurozona sigue la trayectoria de datos decepcionantes conocidos el viernes de Alemania, Francia y España. En Alemania, la tasa de inflación armonizada con la Unión Europea cayó desde 0.4% hasta menos 0.2%. La tasa en Francia cayó hasta menos 0.1% en tanto los precios españoles se desplomaron 0.9%. Todas las mediciones fueron peores de lo que habían previsto los economistas. Datos correspondientes a Italia conocidos este lunes mostraron un índice de menos 0.2%, también por debajo de las proyecciones.
Para poner en marcha una reactivación de la inflación, el BCE ya rebajó la tasa de depósito hasta menos 0.3% y está inyectando 60,000 millones de euros (US$ 66,000 millones) mensuales en la economía por medio de compras de activos. Funcionarios del banco central han dicho que están dispuestos a ampliar el estímulo si es necesario para contrarrestar el riesgo de que la inflación baja quede arraigada en la economía de la región.
Esto pone el foco de atención en las presentaciones de los decidores de la política antes de que el BCE ingrese en su período de silencio de una semana en vísperas de la reunión del 10 de marzo. Los miembros del Consejo Ejecutivo, Sabine Lautenschlaeger y Benoît Coeure, están programados esta semana; al igual que los miembros del Consejo de Gobierno, Klaas Knot y Villeroy de Galhau.
“Con las expectativas inflacionarias bajas y en caída, el peligro de un brote más persistente de deflación continúa siendo muy real”, escribió Jessica Hinds, economista de Capital Economics Ltd. de Londres en una nota a los clientes antes de conocerse los datos. “Siendo así, el BCE no puede permitirse decepcionar las expectativas de más estímulo en marzo”.