BCE alista el terreno para el rescate, pero... ¿España lo pedirá?

Análisis. La intervención del BCE ahora depende de que España pida rescate, pero el presidente Mariano Rajoy estaría buscando evitarlo o postergarlo. El BCE podría no encontrar la salida con el programa compra de bonos.

Por Paul Taylor, París (Reuters).- El presidente del Banco Central Europeo (BCE), Mario Draghi, desplegó una hoja de ruta para rescatar a la zona euro de un potencial colapso, pero ahora le corresponde a España tragarse su orgullo y pedir asistencia para reducir sus elevados costos de financiamiento.

Draghi cumplió o superó las expectativas de los mercados al anunciar hoy que el BCE estaba listo para comprar montos ilimitados en bonos con vencimientos de hasta tres años de países que pidan un rescate y cumplan con estrictas condiciones.

El jefe del BCE hizo notar su autoridad al aislar a la voz disidente del Bundesbank alemán, que criticó públicamente la decisión, al tiempo que mantuvo la presión sobre los gobiernos de la zona euro para que sigan aplicando reformas económicas para equilibrar sus presupuestos.

Sin embargo, su ruta de escape de la crisis de deuda soberana de la zona euro, que data desde fines del 2010, depende del pedido de asistencia de Madrid que el presidente Mariano Rajoy aún desearía evitar o retrasar.

Otros escollos políticos todavía llenan el camino de obstáculos, que van desde un fallo pendiente de la corte constitucional de Alemania al fracaso de Grecia en cumplir con sus metas fiscales, pasando por la creciente renuencia de legisladores holandeses, alemanes y finlandeses a apoyar más rescates.

Y los 17 gobiernos de la zona euro aún están lejos de acceder a comprometer más soberanía en una mayor unión fiscal, bancaria y económica a fin de remediar las fallas en el sistema de la moneda única.

Pero la decisión del BCE al menos ofrece un punto de quiebre en la crisis, al proveer un comprador condicional de última instancia para los bonos de países vulnerables.

¿Resistencia de España?
La insistencia de Draghi en buscar la intervención del Fondo Monetario Internacional (FMI) y vincular cualquier programa de rescate a estrictas condiciones podría representar una dificultad política para España.

El conservador Rajoy está desesperado por evitar la humillación de que su país reciba las visitas trimestrales de revisión por parte de los inspectores de la “troika” del FMI, el BCE y la UE, las cuales fueron impuestas a Grecia, Portugal e Irlanda a cambio de sus rescates.

“Nos preguntamos si la aparición de la ‘troika’ en las Transacciones Monetarias Directas (del BCE) podría generar resistencia por parte de España a solicitar ese rescate”, dijo el estratega de tasas de Rabobank Richard Mcguire.

“Si eso ocurre, podría ser necesaria una presión de los mercados sobre España para que acceda a pedir ayuda”, aseveró.

De modo que, aunque el anuncio de Draghi alentó a los inversores, antes de recortar los rendimientos de los bonos españoles, podría haber más volatilidad en los mercados si Madrid intenta hacerse la dura y decide resistir su necesidad de financiamiento durante octubre sin un rescate.

Italia, el otro país del sur de la zona euro bajo una severa presión de los mercados, espera que el apoyo a España por parte del bloque monetario y del BCE calme la atmósfera financiera y le evite tener que buscar ayuda económica directamente.

Luego de negociaciones con la canciller alemana, Angela Merkel, mientras el consejo de gobierno del BCE se reunía, Rajoy dejó en claro que no había prisa en solicitar ayuda y dijo a los incrédulos periodistas que no había hablado sobre los términos de una posible asistencia.

Fuentes familiarizadas con las recientes discusiones dicen que Francia y la Unión Europea instaron al líder español a pedir un rescate antes de una cumbre de la UE del 18 y el 19 de octubre, a fin de que la ayuda financiera pueda ser aprobada en la reunión.

Eso garantizaría que el programa de compra de bonos del BCE fuera activado antes de que Madrid sufra una crisis de financiamiento a fines del mes próximo.

La postura de Alemania es más ambivalente, en parte debido a que Merkel debe esperar por un fallo de la corte constitucional el 12 de septiembre sobre la validez del fondo de rescate permanente del bloque para saber si sus manos estarán atadas al respecto.

La canciller también podría estar esperando no tener que pedir a su Parlamento que apruebe otro rescate de la zona euro, en caso de que pudiera evitarlo.

Rajoy irritó a políticos de línea dura alemanes y a algunas autoridades del BCE el fin de semana cuando dijo que España ya estaba cumpliendo con todos los objetivos europeos sobre reformas económicas y fiscales y que no debería ser objeto de condiciones adicionales.

Su tono desafiante provocó llamados a que se le aplicara condiciones más severas a su país. Parado junto a Merkel, Rajoy insistió en que no recortaría las pensiones de los españoles, algo que según muchos economistas estaría incluido como condición para un rescate, dada la carga insostenible de las finanzas públicas del país ibérico.

Analistas políticos dicen que el presidente español busca evitar tener que adoptar medidas de austeridad impopulares antes de las elecciones regionales en el País Vasco y en su nativa Galicia el 21 de octubre.

Estrategia de salida
El presidente del Bundesbank, Jens Weidmann, la única voz disidente en el consejo de gobierno del BCE, advirtió que la compra de bonos por parte del banco central llevaría a los países a posponer las reformas necesarias.

El BCE se vio perjudicado el año pasado cuando el ex primer ministro de Italia Silvio Berlusconi dejó de lado sus compromisos de reforma poco después de que el banco central comenzara a comprar bonos soberanos italianos.

En línea con el temor de los alemanes de que se produzca una “unión de deuda”, Weidmann dijo que el nuevo plan finalmente podría redistribuir considerables los riesgos soberanos entre los contribuyentes de países sin el consentimiento de parlamentos y gobiernos electos democráticamente.

Pero ningún otro banquero central lo apoyó y Merkel -ansiosa porque el BCE estabilice la zona euro- envió a su partido a apoyar las acciones de Draghi al tiempo que guardó las apariencias con Weidmann al decir que sus preocupaciones habían ayudado a dar forma a la decisión del Banco Central Europeo.

Pese a la afirmación de Draghi de que el BCE detendría las compras de bonos si un país incumple con las condiciones acordadas, los analistas dudan de que la entidad realmente vaya a retirar la ayuda a un Gobierno que se desvíe de su curso por el riesgo de que caiga en bancarrota y genere un caos en el bloque.

En una nota a inversores, Gary Jenkins, de Swordfish Research, dijo: “La posición de ‘control’ del BCE es un poco como poner un arma en su propia sien y amenazar con jalar del gatillo”. Pero Draghi se ha movido para alentar a los miembros más débiles de la zona euro y ayudar a reducir las posibilidades de que ocurra una calamidad.

“El programa anunciado hoy (jueves) crea un cortafuegos sustancial y creíble”, sostuvo Marco Valli, economista de Unicredit, al describirlo como un elemento relevante de cambio.

“Aún existe y seguirá existiendo el riesgo de que un Gobierno necesite dar marcha atrás en las reformas o incluso de que no logre acceder a las condiciones, pero definitivamente es una buena noticia saber que ahora éste es el único peligro que los mercados deben procesar”, expresó.

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