El crecimiento de Latinoamérica durante el 2014 se apoyará en tres países: Perú (5.6%), Colombia (4.7%) y Chile (4%), según las previsiones presentadas hoy por el BBVA Research en el informe Situación Latinoamérica.
Previó un crecimiento de la región de 3.1% para el próximo año, “a medida que medida que México (y, en menor medida, Brasil, Perú y Colombia) deje atrás los shocks temporales que lo afectaron en la primera mitad del año y que se recupere gradualmente la demanda externa de la región, en línea con el crecimiento global”. Esta fue la explicación del peruano Juan Ruiz, economista jefe del BBVA Research para América del Sur.
Solo para entender la importancia de este repunte esperado en términos del PBI regional, dijo lo siguiente: “Si excluimos a Brasil y México, el crecimiento en la región sería del 3.5% en 2014, con tendencia ascendente, convergiendo hacia su potencial cercano al 4% en los próximos años”.
Situación externa favorable
Ruiz fue optimista en sus previsiones para la economía mundial: el crecimiento aumentará del 2.9% en 2013 al 3.6% en 2014 en un contexto en que se recuperan las economías desarrolladas y se frena el deterioro de las emergentes.
El retraso en la retirada del estímulo monetario por parte de la Fed en Estados Unidos como la consolidación del crecimiento en China generaron una estabilización de los flujos de capitales a la región. Es un respiro para América Latina, se dejó en claro en el informe.
“En los siguientes meses continuará la volatilidad en los mercados financieros a la espera de las acciones de la Fed, pero la mayor parte del efecto del retiro de los estímulos monetarios en Estados Unidos ya se habría incorporado en los precios de los activos en la región, que estarían ahora más cercanos a sus valores fundamentales”, explicó Ruiz.
¿Cuáles serían los efectos colaterales? El economista del BBVA previó tímidos impactos: “Solo una leve depreciación del tipo de cambio en los países de la región. La principal excepción será Brasil, donde la depreciación en 2014 sería significativa y que podría arrastrar también al tipo de cambio en Uruguay. Aunque menos favorable que antes de mayo, el entorno financiero para la región será aún benigno en perspectiva histórica, con diferenciales soberanos y corporativos relativamente bajos”.