México DF (REUTERS).- La clase media de Latinoamérica tuvo un crecimiento del 50% en la última década, pero más de un tercio de los habitantes de la región evita volver a caer en la pobreza, reveló el martes el Banco Mundial.
El auge de la clase media se debe al galopante crecimiento económico per cápita regional entre 2000 y 2010, que casi duplicó el de la década previa y empujó el nivel de ingresos de los latinoamericanos.
Unos 50 millones de personas se sumaron a este estrato en el referido periodo, que con sus salarios de US$ 300 a US$ 1,500 mensuales son el 30% de los latinoamericanos e igualan al porcentaje de pobres, que antes duplicaba al de la clase media.
Cabe precisar que algunos de los que pasaron a pertenecer a este nivel socioeconómico provienen de un estrato en el que los ingresos son de hasta US$ 120 al mes. En tanto, la mayoría proviene de la “clase vulnerable”, cuyas ganancias oscilan entre los US$ 120 y US$ 300 mensuales. Estos últimos son quienes corren mayor riesgo de volver a caer en la escalera social en caso de una crisis, justo cuando la economía de Latinoamérica sufre una desaceleración.
“Un continente donde los vulnerables constituyen el segmento más amplio de la población es mucho menos atractivo que un continente de clase media, pero es claramente mejor que un continente predominantemente pobre”, dijo el Banco Mundial en el estudio “La movilidad económica y el crecimiento de la clase media en América Latina”.
DE POBRES A MENOS POBRES
A pesar del aumento en el gasto social de los gobiernos en la última década y de los exitosos programas de transferencias condicionadas, no todos alcanzaron un boleto a la clase media.
En Latinoamérica, a diferencia de otras regiones más desarrolladas, todavía el nivel de ingresos y de educación de los padres influye mucho en el futuro de sus hijos y en su posibilidad de ganar terreno en la escala social.
Sobre todo en Brasil, Ecuador, Panamá y Perú.
“Lamentablemente, a pesar del movimiento ascendente de los ingresos a lo largo de la vida de una generación, la movilidad intergeneracional sigue siendo limitada en América Latina”, dijo el Banco Mundial.
De esta manera, uno de los nuevos retos de los gobiernos es garantizar que haya igualdad de oportunidades para todos, desde la educación hasta el acceso al empleo.
Otro de los desafíos corresponde a lanzar una segunda generación de reformas al sistema de seguridad social para superar la fragmentación.
“La región no puede contar con que el entorno externo seguirá siendo tan favorable como en el pasado reciente para alcanzar más beneficios sociales y económicos”, puntualizó el Banco Mundial.