(Reuters) Argentina colocó deuda por US$ 16,500 millones en cuatro bonos de entre tres y 30 años, en un regreso triunfal a los mercados internacionales de capitales tras 15 años de ausencia.
El Ministerio de Hacienda informó que recibió una demanda de US$ 68,600 millones, que superó en más de cuatro veces a la oferta.
“Podríamos haber emitido el doble de bonos”, dijo el ministro de Hacienda, Alfonso Prat-Gay, y señaló que las dos terceras partes de los inversores son estadounidenses.
Los rendimientos de los cuatro bonos estuvieron en la parte baja de las guías.
El título a tres años por US$ 2,750 millones se colocó a 6.25% y por el bono a cinco años por US$ 4,500 millones a 6.87%.
La deuda a diez años por US$ 6,500 millones se emitió a 7.5% y la a 30 años por US$ 2,750 millones ofreció una tasa de 7.62%.
Prat-Gay afirmó que con los recursos de la operación pagará el próximo viernes a acreedores que demandaron al país en Estados Unidos -conocidos como “holdouts”- y financiará obras de infraestructura.
“Esta es la demanda más grande de la historia para un bono o una acción de un Gobierno o de una empresa de mercados emergentes, está posiblemente entre las 20 más grandes de la historia para una emisión en general”, subrayó.
Default
El país, desterrado de los mercados internacionales tras la cesación de pagos de 2001/2002, tuvo una cálida recepción entre los inversores, que le permitió conseguir mejores condiciones que las que proyectaba. El riesgo país llegó el martes a los niveles más bajos desde el 2007.
“La mancha del default del 2001 se cierra definitivamente el viernes, cuando se acrediten los fondos en nuestra cuenta, pagaremos US$ 9,300 millones a holdouts”, comentó.
Algunos participantes del mercado dudaron de que el país, tras los incumplimientos de pagos del pasado y con su incierto clima político actual, pudiera lograr sus ambiciosas metas con los rendimientos.
El enorme volumen del libro de pedidos podría deberse al temor de los inversores a quedar excluidos de una operación de gran magnitud.
La emisión de “Argentina es una en la que nadie quiere quedar fuera”, dijo un inversor en Nueva York a IFR, un servicio de información financiera de Thomson Reuters.
Tras el alejamiento del país de los mercados internacionales de capital, Argentina había dependido en gran medida de la impresión de dinero nuevo, lo que disparó la inflación.
En un intento por retornar a los mercados, el país lanzó dos reestructuraciones de deuda en el 2005 y el 2010, pero una minoría que no aceptó los canjes logró finalmente bloquear -a través de la Justicia de Estados Unidos- los pagos de Argentina y provocar una nueva cesación de pagos, esta vez selectiva.
“En lo personal, creo que la gente menosprecia los desafíos y la ventana de oportunidad mínima que tiene ese Gobierno”, dijo el inversor en Nueva York.
La liquidación de la operación se realizará el viernes 22 de abril. Las calificaciones esperadas para la emisión son B3/B- por parte de Moody’s y Standard & Poor´s.
Los coordinadores globales de la operación fueron Deutsche Bank, HSBC, JP Morgan y Santander, mientras que BBVA, Citigroup y UBS participaron como encargados conjuntos de los libros.