(Bloomberg) Dejando de lado las perturbaciones en las minas, el cobre sigue siendo en gran medida esclavo de China.
Es la opinión de los productores y analistas desde Aurubis hasta Goldman Sachs que participan en la reunión anual del sector en Santiago, Chile.
Los precios del metal utilizado en cableado y plomería aumentaron alrededor del 30% desde finales de octubre hasta mediados de febrero, en la medida que China intensificó el gasto en infraestructura y las dos minas más grandes sufrieron interrupciones prolongadas.
Posteriormente retrocedieron en razón de que las perturbaciones del suministro se atenúan y en medio de una persistente preocupación por la sostenibilidad de la expansión en China.
Si bien un despilfarro en bienes raíces impulsado por el crédito hizo crecer la demanda y sirvió de sostén a corto plazo para los precios, a largo plazo el consumo chino parece vacilante, según Max Layton, director ejecutivo de investigación en el área de materias primas de Goldman Sachs.
“China tiene enormes problemas que no han desaparecido en los últimos 12 meses, aunque se han mitigado”, manifestó.
En los próximos años, el crecimiento de China se reducirá a la mitad de su tasa histórica cuando se frene la expansión del crédito, arrastrando los precios hasta US$ 5,200 la tonelada métrica en el 2020, desde unos US$ 5,800 en la actualidad, dijo Layton.
El cobre alcanzó US$ 6,204 en las operaciones del mismo día en febrero, el nivel más alto desde mayo del 2015, y se negociaba a US$ 5,839 en Londres este miércoles.
Natasha Kaneva de JPMorgan Chase & Co. dijo que un salto en la disponibilidad de chatarra también pesará en el mercado a más corto plazo proporcionando una alternativa al metal que las compañías mineras están teniendo dificultades para extraer del suelo.
Juergen Schachler, máximo responsable de la refinería Aurubis, con sede en Hamburgo, dijo que la mayor disponibilidad de chatarra no es sólo consecuencia de los precios más altos.
La generación de chatarra crece rápidamente en China a medida que el país comienza a derribar antiguas estructuras construidas en las primeras etapas de su vertiginoso desarrollo industrial y social.
La actividad industrial, el gasto en infraestructura y la fiabilidad del crédito en China superaron las expectativas, dijo Robert Edwards, consultor ejecutivo en el área del cobre en CRU.
Sin embargo, la firma consultora prevé que China contribuirá a menos de la mitad del crecimiento de la demanda mundial de cobre en los próximos cinco años.
“Estamos viendo una desaceleración en el crecimiento de la demanda china ahora que el país reduce la capacidad en la industria pesada y la infraestructura”, dijo Edwards.
Él pronosticó un excedente de 100,000 toneladas este año. Otro motivo de preocupación, incluso para quienes tienen una visión positiva con respecto al cobre, es la posibilidad de nuevos impuestos de frontera en los Estados Unidos.
“Creemos que a largo plazo el cobre tiene un alto potencial”, dijo el director de TD Securities, Bart Melek. “Nuestra opinión es que el lado de la oferta será superado por la demanda, pese a que el ritmo de la demanda va a ser mucho, mucho menor, en tanto la economía china se desacelera”.
Si Estados Unidos aprueba los impuestos sobre el comercio, “veremos irse rápidamente por la puerta nuestra perspectiva muy optimista”, sseñaló.